Los distintos métodos de cocción determinan en gran manera una serie de modificaciones sobre los alimentos que consumimos a diario. Algunos de ellos son más saludables que otros. Las frituras se cuentan entre los métodos de cocción menos saludables, aunque con algunos consejos podemos evitar gran parte de los perjuicios que genera esta técnica para cocinar alimentos.
Una de las claves para disfrutar de frituras más sanas es la de utilizar tipos de aceite que toleren de forma adecuada las altas temperaturas. Si bien los especialistas recomiendan con estos fines el aceite de oliva y el aceite de canola, por su sabor y por sus propiedades en general es preferible el aceite de oliva. Al preparar nuestras frituras con aceite de oliva estaremos evitando que los alimentos absorban grandes cantidades de este elemento en el proceso de cocción. Hay que recordar que una vez usamos el aceite para una fritura lo mejor es descartarlo (no se lo debe reutilizar).
Al contrario de lo que sugiere el sentido común, las frituras más sanas son las que realizan con la mayor cantidad de aceite posible. Los recipientes recomendados para utilizar este método de cocción son los de acero inoxidable o teflón (siempre son preferibles a los de otros materiales, como el hierro). La forma del recipiente a usar, por lo demás, debe ser de boca chica y buena profundidad.
Todas las piezas que se cocinen fritas deben ser de tamaño pequeño. Al escoger los alimentos que se utilizarán bajo este método de cocción es sumamente importante que estén secos (de lo contrario podrían generar salpicaduras). Las frituras ideales son las que se hacen en muy poco tiempo y a buena profundidad (el grosor y el tamaño de los alimentos, en este caso, es un elemento determinante, dado que si son demasiado gruesos no se podrán cocinar en poco tiempo).