Froilein mutter, esa soy yo

En varias ocasiones a lo largo de este blog me he autonombrado como Froilein mutter. Es un “cariñoso” apelativo que recibo en casa. No es el único, también está la Señorita Rotenmeyer, Mamá sargento y un largo etcétera que no voy a seguir detallando.
Ciertamente me he ganado estos títulos a pulso. Sobretodo cuando era mamá primeriza. Mi pobre Bebé Gigante, cuando era el príncipe aun no destronado, recibía todas las atenciones pero también todas mis psicosis. Quería que todo fuera perfecto, que comiera lo que le tocaba según la tabla indicada por el pediatra, que tomara el pecho en las cantidades que yo creía necesarias, que cumpliera los horarios a raja tabla. ¡Uf! Realmente era un tanto pesadita. Con Pequeña Foquita me he ido relajando aunque reconozco que la vena castrense debe correr por mis venas aunque no sé muy bien de dónde debe proceder.
Pues bien, supongo que recordaréis la entrada del viernes referente a mis normas de dar a mis hijos caramelos sólo los fines de semana. Poco después, recibo de mi marido, cual si tuviera telequinesis, porque no lee mi blog (o al menos eso creo yo) me envía un e-mail que dice:
Asunto: Como la Leti
Mensaje: Mira!!! Eres como la Leti!!!! Menudo par de fräulein!!!!
El mensaje iba acompañado de un vínculo a una noticia cuyo título era La princesa y Supernanny y donde explicaba que la princesa Leticia había preguntado a la Supernanny española si no era demasiado estricta con sus hijas porque sólo les permitía comer caramelos el fin de semana.
Bueno, soy como la princesa de Asturias. Ya sabía yo que tenía algo de princesita.
Al margen de la anécdota, que, ciertamente me hizo reir un montón sigo pensando que me gusta ser Froilein Mutter. ¿Y por qué? No es que sea masoca ni quiera martirizar a mis hijos. Me gusta el orden y la rutina y creo que eso es bueno inculcárselo a mis hijos. Y no estoy todo el día a lo ordeno y mando, también juego, me río y ensucio con mis niños.
Reconozco que a veces saco las cosas de quicio y sé que eso lo tengo que pulir. Pero también creo que soy flexible. Volviendo a los caramelos, no expliqué en su momento, que si mi hijo sale del colegio con una piruleta porque ha sido el cumpleaños de algún amiguito, evidentemente, dejo que se la coma, aunque no sea fin de semana. Por encima de todo está el sentido común. Y mira por dónde, fue el consejo que le dió Supernanny a Leticia.
Vamos, que además de princesita, soy supernanny. Estoy que me salgo.