Como en el pasado, titulamos una entrada con una etiqueta, en este caso la del I Congreso Internacional de Fisioterapia, organizado por el Colegio de Fisioterapeutas de Cataluña y celebrado del 4 al 5 de mayo de 2018. Sin que pasen más días queremos dejar constancia de algunas reflexiones espontáneas antes de que el paso del tiempo nos haga desmemoriados o las impurifique.
No pretendemos hacer un repaso detallado de lo vivido. Llevaría mucho tiempo y nos perderíamos en la esencia de lo que queremos transmitir. No pretendemos describir la ingente cantidad de contenidos, conocimientos, datos vertidos por ponentes y conferenciantes. La organización parece tener la pretensión de crear un repositorio seguro que más fiel que el que podamos nosotros hacer. Además, el formato elegido proponía una gran diversidad de eventos dentro del congreso que nos invitaba a elegir entre múltiples opciones simultáneas.
Esa forma de distribución de las exposiciones era precisamente una de las novedades para nosotros. El Congreso se organizó en dos jornadas, pero adicionaba días previos y posteriores para actividades de formación. Los días propiamente congresuales albergaron toda una suerte de ponencias, clases magistrales y comunicaciones orales, visionado de carteles, talleres y exposiciones comerciales. La página web detallaba todo, con sus horarios, y además se dispuso de una aplicación para teléfonos inteligentes y tabletas que informaba de las actividades y enviaba mensajes con noticias relevantes. Sin duda, se dejaba notar el trabajo de meses por parte del personal del Colegio catalán. Los que hemos participado en la organización de jornadas profesionales sabemos de ello y no queda otra que agradecer ese enorme esfuerzo en pro del desarrollo de la Fisioterapia. Se ha tratado, en nuestra opinión, y sin desmerecer en absoluto otros encuentros de la profesión, de un hito histórico, un precedente, que deja huella por sus dimensiones y la calidad de los fisioterapeutas que expusieron su conocimiento y experiencia.
La simultaneidad aludida antes hacía que se tuviera que ser muy selectivo. Se sucedían las actividades en multitud de salas y había que ir cuadrando horarios. Así lo hicimos, junto con los compañeros de Fisioeducación, distribuyéndonos por las salas para poder aprender y divulgar algunos contenidos a través de Twitter con la etiqueta que titula esta entrada. No tuvimos la oportunidad de asistir a las clases magistrales, pero ponencias y comunicaciones satisficieron nuestra limitada disponibilidad atencional.
Más allá de todos los contenidos, el germen y motivación para organizar un congreso, nos interesaba compartir presencias, impresiones, emociones; charlar en su sentido más cotidiano; conocer a próceres de la fisioterapia internacional en persona y, por qué no, hacernos fotos con ellos y ellas de las que presumir, como Guy Postieux, Chad E. Cook o Shirley Sahrmann ; reencontrarnos con conocidos de nuestras Jornadas Interhospitalarias de Fisioterapia como las doctoras Raquel Chillón, Patricia Martín Casas, María Torres Lacomba o el Decano del Colegio organizador Manel Domingo, y otros muchos de los que alardeamos; reencontrarnos también con otros colegas conocidos y reconocidos cono Eduardo Fondevila, Beatriz Martínez o Julia Jubany; encontrarnos con personas relevantes de nuestra profesión como el presidente del Consejo de Colegios de Fisioterapia de España Miguel Villafaina; conocer a otros eminentes fisioterapeutas como al profesor Antonio Cuesta-Vargas; y ver de nuevo a antiguos alumnos, algo siempre reconfortante y que nos anima en nuestra labor docente. Esos son todos valores inherentes a los encuentros profesionales que en sí mismo los justifican. Tramar, reforzar, recomponer redes; repensar, reflexionar en común y en voz alta; planificar y proyectar. Todo eso nos saca de la fisioterapia cotidiana en sus múltiples facetas y nos la hace más atractiva.
Para el grupo de compañeros y amigos que acudimos ilusionados a Barcelona, Gema Gallardo, Luis Bernal y el que suscribe, el congreso supuso también aprovechar la oportunidad que nos dio el Colegio de Catalunya para exponer una visión general del voluntariado y la cooperación en Fisioterapia y la experiencia de la profesora Gallardo en el Chad como cooperante. Esperamos divulgar el contenido de la ponencia en un futuro cercano y agradecemos el apoyo durante la misma de los colegas de Fisiosmundi.
Las secuelas y consecuencias del congreso habremos de verlas pronto. Lo ideal es que haya aprendizajes que se transfieran a la práctica y repercuta en una mejor fisioterapia hacia nuestros pacientes. Esto ha de suceder en cada encuentro o acción formativa formal e informal. Pero el plus de reafirmación de nuestra identidad profesional, de compartición de inquietudes, de acicate para el planteamiento de propuestas, de aliciente por el conocimiento de otros modelos,… todo ello y más hacen necesario que colegios e instituciones públicas y privadas promuevan y financien encuentros de este tipo, sin que tengan que tener la envergadura de #FTP18.
Nuestra fisioterapia se mueve. Este congreso ha sido un exponente de ello. Ojalá cunda el ejemplo y se establezcan sinergias que lo remeden. Mientras, por hoy, sólo nos queda decir Gràcies @Colficat.