Revista Salud y Bienestar

Fuck-up Night: del error a la mejora

Por Saludconcosas @manyez
Fuck-up Night: del error a la mejora


Llegas al congreso, te lanzas a las sesiones de comunicaciones orales y todo son éxitos: ideas con final feliz, iniciativas que han mejorado todo lo que les rodea, etc. Casi lo mismo que en las mesas redondas, donde todo es bueno, perfecto y maravilloso. Y es que en el mundo sanitario es casi una vergüenza hablar de fracaso, y de hecho, el error se oculta, se intenta tapar, y acaba debajo de una alfombra enorme.¿Por qué nos cuesta tanto contar nuestros errores? Poco a poco se está produciendo un cambio cultural para que todo el mundo sea capaz de notificar sus errores, compartirlos con su equipo de trabajo y aprender de ellos. Pero aún así, muchos profesionales todavía asocian el error con la culpa y el castigo. Y todo porque aún quedan algunas organizaciones sanitarias y jefes/directivos que persiguen el error con un palo y no con una zanahoria, intentando castigar al culpable para que así nunca se repita, olvidando que la mejor forma de reducir los errores es analizando su causa.Sistemas como el análisis de causa-raíz o las sesiones de trabajo de análisis de errores son buenos ejemplos de esas "nuevas formas" de reducir los errores y los fallos. Muchas veces, el origen de un error es múltiple y no depende sólo de una persona y una acción, por lo que su análisis en equipo es casi una garantía de que todos van a aprender. Pero algo falla... En estos últimos años hemos participado en diversos comités científicos de congresos y siempre hemos propuesto que se llevara a cabo un taller de errores o una mesa redonda con experiencias que fracasaron. Y la respuesta siempre suele ser: o un "no" o el silencio. Los últimos intentos han sido en los congresos de calidad asistencial y de atención al paciente crónico, pero nada de nada. Pero seguimos intentandolo, que ya es hora que los congresos pongan en marcha algunas de las recomendaciones de #cambiacongreso.Quizás el problema sea de marketing. Vender un taller de fracasos o errores suena mal, casi desanima, y tiene mala imagen. Pero, ¿y si tiene  un nombre alternativo? Un buen ejemplo es la iniciativa Fuck Up Nights, en la que profesionales y emprendedores hacen una especie de pecha-kucha contando sus fracasos y el motivo que les llevó a hacerlo mal. Aunque la iniciativa nació en Mexico, en Valencia ya se han animado y van camino del segundo encuentro¿Es exportable este modelo al sistema sanitario? Unas sesiones breves, en la que un profesional cuenta una experiencia o un proyecto que acabó mal, y entre todos revisan los errores, buscan mejoras, proponen alternativas o analizan el origen del fracaso. En cuanto al nombre, hay mil posibilidades... ¿Incubadora de errores? ¿Taller de fracasos? O emulando al nombre original (aquí tenéis la traducción), "Fuck Up Breakfast". Todo vale, y si es con un nombre y una metodología original, pues mejor, que así evitaremos que el propio taller de fracasos vuelva a ser un fracaso.


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