Revista Cine
Director: Lukas Moodysson
Ésta es la entrada número 800 del blog, así que decidí que para celebrar la ocasión era necesario comentar "Fucking Amal", opera prima del interesante Lukas Moodysson, la película que más me ha gustado de las últimas que he visto y que esperan a ser comentadas. De hecho decir que me ha gustado es quedarse poco, pues "Fucking Amal" es una puta genialidad llena de actitud y mala leche y todo lo que se necesita para estar vivo de verdad, para mantener libre el espíritu indómito que a veces creemos tener. Sí señor, "Fucking Amal" es una maldita obra maestra.
En inglés le pusieron "Show me love" (así se llama la canción del final, en todo caso); en español fue "Descubriendo el amor". Cursi y cursi, meloso y meloso, entrega ideas erróneas sobre lo que en verdad es esta película. Sí, trata sobre dos chicas que, entre otras cosas típicas de adolescentes, descubren que son lesbianas y que no será fácil vivir con esa verdad en un pueblo de mierda como en el que viven, pero no, no es un dulce y suavizado coming of age en donde la gente descubre lo que es el amor y esas cosas, dios... El título no es gratuito, por favor: "Fucking Amal". Fucking no es una palabra sueca (ni se imaginan algunas coincidencias que hay entre idioma e idioma), y Amal no es amor sino que es el nombre del pueblo en donde transcurre la acción de esta historia, así que, literalmente, el título es "A la mierda Amal". Y lo cambian por "Descubriendo amor", hay que cagarse... Como sea, la opera prima es mucho más que sólo el tierno y feroz romance teen de las dos chicas protagonistas; es un proceso de autodescubrimiento, pero también es la forma directa y contundente, diáfana y sincera, con que el director ataca los convencionalismos sociales, la moral anquilosada y el conservadurismo generalizado, uno que va mucho más allá de una parte de la sociedad de ideas retrógradas y discriminatorias, abarcando a ese espectro que se jura marginal y malo pero que es igual que el resto, con su aceptada y abnegada obediencia a una forma de vida que ya los atrapará por completo. Lukas Moodysson está en contra de la maldita domesticación social-moral, nos dice que hay que pelear contra aquellos que intentan controlarnos y que la vida será una mentira una vez agachemos nuestras cabezas y dejemos de buscar, curiosear y encontrar aquello que mantendrá nuestras venas fluyendo, nuestro cerebro activo y nuestro corazón palpitando. "Fucking Amal" es aventura, es libertad, es inconformismo. "Fucking Amal" celebra el espíritu indomable, la actitud insobornable, el ser auténtico sin miedo al resto y dispuesto a golpear de ser necesario, dispuesto a defender esa cosa única que nos separa del rebaño. Nuestras dos protagonistas, marginales en su discurso (incapaces de unirse a los demás), buscan desatarse de sus cadenas: la preciosa Elin (interpretada por Alexandra Dahlström, acá su bello instagram), aburrida incluso de la rebeldía de cartón de sus amigas (atención a cuando dice "quiero ser distinta pero al final siempre acabo siendo igual que las demás), y la otra chica Agnes, aburrida de la asfixiante corrección de papito y mamita. Pero lo mejor es que "Fucking Amal", a pesar de toda su furia, no pierde en ningún momento esa ingenuidad y fragilidad propias de la edad retratada, por lo que el resultado es de un realismo y de una autenticidad apabullantes por donde se le mire. Brillante el tratamiento estético y sustancial por parte de Lukas Moodysson, y espectaculares las interpretaciones de las chicas, que se adueñan de la imagen con una personalidad a prueba de balas, sobre todo la preciosa Elin (tengan cuidado con lo que dicen, miren que la chica tenía catorce años entonces). Lo dije una vez y lo diré de nuevo: obra maestra.
Disfruten con "Fucking Amal", ¿o acaso la escena del beso no les demuestra que Moodysson es un puto genio? Yo sentí mariposas en el estómago, dios santo, ¡qué escena más maravillosa!