¿Cómo explicas que alguien tan bueno como Jim haya tenido que encarar semejante final? se preguntaba su madre Diane Foley
Justicia. Es lo que ha prometido hoy el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, tras confirmarse la decapitación del periodista estadounidense James Foley por el grupo yihadista Estado Islámico.
"Es un cáncer que debe ser extirpado" ha afirmado contundentemente Obama en una breve declaración tras verificarse la autenticidad del vídeo difundido este martes con las imágenes de la muerte del periodista. "Su muerte es un acto de violencia que agita la conciencia del mundo entero» declaró el mandatario estadounidense.
Desde su casa en Rochester (Nuevo Hampshire), John y Diane Foley, agradecieron las muestras de apoyo recibido. "Agradecemos a Dios por el regalo de Jim. Estamos tan, tan orgullosos de él", dijo su madre Diane, abrazada por su esposo, y junto a uno de sus cuatro hijos.
"¿Cómo explicas que alguien tan bueno como Jim haya tenido que encarar semejante final?", se preguntó su progenitora. Por su parte, el secretario de Estado, John Kerry, alabó su trabajo y valentía como periodista.
"James Foley fue a los lugares más oscuros para iluminar con la luz de la verdad (...) Fue valiente y atrevido, y ningún cobarde enmascarado podrá nunca robar el legado de este osado estadounidense que encarnó el significado de la palabra periodismo", aseguró Kerry en un comunicado.
El reportero contaba con una amplia experiencia en zonas de guerra, ya que había trabajado en Irak, Afganistán y Libia, lugar donde ya había sido secuestrado durante varias semanas en 2011 por fuerzas del entonces líder Muamar Gadafi.
Foley había sido secuestrado en noviembre de 2012 mientras se dirigía a la frontera con Turquía, y aunque en un principio se pensó que estaba en manos de milicias progubernamentales luego se conoció que era retenido por los yihadistas del Estado Islámico en Siria.