El mundo se ha carbonizado
Nadie sabe dónde y cuándo se originó, pero una plaga se ha extendido por todas partes. Los médicos la llaman "Trichophyton draco incendia", los demás, escama de dragón, una espora que marca la piel de los contagiados con manchas negras y doradas antes de hacerles estallar en llamas. Y no hay antídoto.
La enfermera Harper Grayson está embarazada y ha visto a centenares de pacientes arder...o los veía antes de que el hospital se incendiara. Ahora solo puede fijarse en las marcas que han empezado a recorrerle la piel. Mientras todo a su alrededor se ve envuelto en el caos por la enfermedad y los grupos que pretenden exterminar a los contagiados, Harper coincide con un misterioso desconocido que deambula entre los escombros con indumentaria de bombero y las marcas de la espora. Sin embargo, no arde. Es como si hubiera aprendido a usar el fuego a modo de escudo para las victimas...y de arma contra los verdugos.
Editorial: Nocturna Ediciones
La nueva novela de Joe Hill nos plantea un certero apocalipsis que, pese a la fantástica imaginación que desarrolla el escritor, te deja con la extraña sensación que podría suceder de verdad. En la literatura, en cine o televisión, las historias apocalípticas nos suelen enfrentar a amenazas ante las que el ser humano poco puede hacer pero que se basan en premisas inverosímiles. Muertos vivientes, especies alienígenas con intenciones nada benevolentes, situaciones inesperadas que traen consigo un enfrentamiento desigual... En cualquiera de esas situaciones la raza humana tiene todas las de perder. Sin embargo, en la historia que nos ocupa, la amenaza es más cercana y, si cabe, mucho más terrorífica porque la hemos sentido cerca en más de una ocasión. La presencia de una enfermedad contagiosa desconocida que se propaga a una gran velocidad, a la que se desconoce algún tipo de cura eficaz y que conllevará una muerte horrible al que la padezca en un periodo corto de tiempo.
En esta obra del hijo de Stephen King, referencia obligada, los afectados por el Trichophyton Draco Incendia (hongo ficticio como el mismo autor aclara al inicio de la obra) quedarán marcados y señalados ante los ojos de los demás. Esas marcas, que se presentan como unos tatuajes fácilmente identificables, convertirá a los enfermos en auténticas amenazas vivientes. El conocimiento de la evolución que les espera a los enfermos de sus síntomas hará que florezca alrededor de ellos un miedo irracional al que tendrán que enfrentarse y para lo que no están preparados.
Ahí es donde se localizan los mejores aciertos de esta obra. El miedo en todo su esplendor contaminando a cada uno de los personajes. Poco a poco y en silencio, dejarán de razonar de manera individual para empezar a tomar decisiones bajo el yugo de todo aquello que les nubla la mente. Tanto los infectados como de los que no lo están se sentirán atemorizados y buscaran cualquier oportunidad de recuperar el engañoso control de sus vidas, aun teniendo que coartar para ello sus propias libertades. Sería absurdo empezar a enumerar aquí la de veces que nuestra sociedad ha actuado de manera colectiva bajo ese temor a lo desconocido, a lo distinto, a perder nuestra falsa estabilidad. Y ahí está la fuerza de la narración de Joe Hill. Esta obra consiste básicamente en contemplar como las personas como seres individuales, y los colectivos como sociedades, se paralizan ante cualquier amenaza desconocida que se les presente. Si ya es bastante descorazonador el ver como tu vecino, tu mejor amigo o tu pareja se estremezca ante tu presencia y te vea como una amenaza, más terrorífico es sentir que eres tú y tu propia muerte la que se puede producir en cualquier instante.
Para narrar toda esta extensa obra Hill nos muestra una gran colección de personajes llenos de matices que actúan en función a los acontecimientos que les atormentan, mostrando esa ambigüedad que tanto me gusta en las novelas. Entre todos ellos emerge como protagonista absoluta Harper Grayson que ve como su mundo se derrumba por completo a su alrededor y que, sin embargo, decide dar un paso adelante para luchar contra el. Ella se tendrá que enfrentar a sus propios miedos como persona recién infectada y, sobre todo, como futura madre, lo que cambiará por completo su forma de enfrentarse a las circunstancias que la rodean. Para conseguirlo se va a encontrar con innumerables personajes maravillosos, o no, que la ayudarán en su camino, o no. Sin embargo prefiero dejar al lector sin mucha más información sobre ellos por los innumerables cambios en la trama que les afectan y que podrían arruinar el disfrute de la lectura. Los personajes que acompañan a Harper están llenos de una fragilidad palpable, condicionada por las circunstancias a las que van a tener que enfrentarse. Cada uno de ellos supone un auténtico deleite para el lector porque son perfectamente humanos y, por tanto, creíbles. Bueno, casi todos. Es una pena que el autor presente a un antagonista tan plano desde primer momento que no consigue estar a la altura del resto de los personajes de la obra, aunque en el fondo tampoco termina por molestar. Pero viendo el trato que ofrece al resto de los innumerables personajes que llenan la trama, me hubiese encantado disponer de un antagonista a la altura de las circunstancias.
El mayor problema que veo en esta novela es otro. Las secuencias de acción a las que se tendrán que enfrentar los personajes en determinados momentos de la obra. Sobre todo en su último tercio, en el que la exigencia al lector para dar por verosímiles determinados momentos de la trama suponen un importante lastre que termina por contaminar el buen hacer del resto de la extensa novela. Estamos dentro de una obra con tintes fantásticos y con ideas formidables que disfrutas en todo momento, llenándote de admiración ante el ingenio que desarrolla el autor para crear todo tipo de mitología relacionada con los infectados por la escama de dragón. Sin embargo, en los momentos donde la verdadera violencia se hace presente, Joe Hill convierte a sus personajes en poco más que superhéroes, lo que te trasmite un amargo sabor a incredulidad ante lo que estás leyendo que termina por estropearte esta gran historia. Sin entrar en destripes de la trama, todo lo que acontece en el campamento en el último tercio, con los personajes dentro de una iglesia, te deja con una extraña sensación de querer abandonar una novela en la que has disfrutado de más de 500 páginas con ideas fantásticas acerca del uso del fuego por parte de los protagonistas. Eso lastra una trama en la que, a partir de entonces, te dejas llevar pensando en que aún te queda un buen trecho aun por leer en el que ya todo te empieza a dar igual.
Sin embargo no quiero quedarme con toda esa última parte y sí recomendarla por todo lo demás. La poderosa imaginación que desarrolla Joe Hill ante una premisa tan poderosa, la facilidad de lectura de una obra mastodóntica, los maravillosos personajes tan bien desarrollados y sus referencias a la cultura pop que te van a sacar más de una sonrisa al descubrirlas. Creo que vale la pena perderse entre sus páginas, disfrutar de una propuesta muy arriesgada y reflexionar acerca de lo poderoso que puede ser dejarnos dominar por el miedo.
Si quieres hacerte con un ejemplar puedes hacerlo desde el siguiente enlace: