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Fuego en la montaña - Edward Abbey

Publicado el 24 octubre 2018 por Rusta @RustaDevoradora
Fuego en la montaña - Edward AbbeyEdición: Errata naturae, 2018 (trad. Alba Montes Sánchez)Páginas: 272ISBN: 9788416544783Precio: 19,00 €
Entre las novedades de Errata naturae, no debería pasar desapercibido este título de Edward Abbey (Pennsylvania, 1927-Arizona, 1989), un mítico escritor y ambientalista, conocido por su apego a la naturaleza y a la cultura india, además de por sus críticas aceradas a los perjuicios del capitalismo en el medio ambiente. Publicó más de veinte libros entre ensayo y ficción, de los que ya se habían traducido al castellano cuatro: El vaquero indomable (1956; Berenice, 2013), El solitario del desierto(1968; Capitán Swing, 2016), La banda de la tenaza (1975; Berenice, 2012) y ¡Hayduke vive! (1989; Berenice, 2014). Con Fuego en la montaña (1962), su tercera novela, Errata naturae continúa su apuesta por la narrativa «salvaje», una colección de la que forman parte autores tan interesantes como Doug Peacock, Terry Tempest Williams o Annie Dillard.La historia se sitúa en el contexto de la guerra fría. Billy, el narrador, recuerda el verano de sus doce años. Como de costumbre, abandona la ciudad para pasar las vacaciones junto a su abuelo en un rancho de Nuevo México, donde disfruta de excursiones a caballo y largos paseos por aquellas tierras indómitas. Sin embargo, ese verano no será como los demás: la Fuerza Aérea de Estados Unidos se dispone a expropiar los terrenos del abuelo para llevar a cabo pruebas nucleares en la zona. El anciano, un tipo terco y curtido, se cierra en banda: no piensa renunciar a su casa, su patriotismo no está por encima de su integridad. Pasan los días, los demás lugareños se marchan, resignados a las órdenes del Estado. Solo queda el abuelo de Billy, que no cede. Con el único apoyo de su nieto y un joven amigo, el hombre desafía a todas las autoridades que osan entrar en su hogar. A través de la mirada del niño, el lector descubre la odisea de un hombre indomable que pone en jaque los poderes de la gran potencia mundial. Sus armas: obstinación, resistencia… y un revólver escondido en su vehículo.Fuego en la montaña es una de esas novelas que, con sencillez y sin pretensiones, con calidad pero sin renunciar al entretenimiento, al goce puro de leer, relatan una historia memorable. Conmovedora, incluso, y con un espíritu afín (por supuesto) a los principios ecologistas del autor: la peripecia del enfrentamiento entre el Gobierno y un ciudadano solitario, arraigado a sus propiedades, a las tierras que el Estado pretende domesticar a sus anchas. Entre la locura y la heroicidad, la gesta demuestra hasta qué punto la acción individual puede hacer tambalear las grandes esferas. Además, cuestiona los límites de la intervención militar en un momento en el que el mundo se despertaba con miedo ante el posible estallido de una nueva contienda. También plantea la otra cara del asunto: el Gobierno arrebata los terrenos a los propietarios, pero antes fueron esos propietarios, los colonos blancos, quienes impusieron su ley, con mucha más violencia, a los nativos indios. En contra del mito americano, pone de relieve las luchas de poder detrás del triunfo, unas luchas en las que cambiaban los actores, pero no el fondo.

Fuego en la montaña - Edward Abbey

Edward Abbey

Aun así, la actitud rebelde del viejo transmite un mensaje esperanzador, lo mismo que la relación (tan tierna) con su nieto. Más allá del hilo principal, Fuego en la montaña relata el coming-of-agede Billy, que, siguiendo el modelo de su abuelo, apunta maneras de chico aguerrido. Todos los personajes están muy bien caracterizados, desde el anciano testarudo incorregible a los policías de paso; se plasma ese carácter áspero de los hombres de montaña, ese vínculo de respeto y devoción por la naturaleza, con un desenlace catártico que no por previsible resulta menos emocionante. Al leerla, uno tiene la sensación de volver a un tiempo que ya pasó, como en las novelas de la frontera, en parte porque la aventura representa el final de un ciclo, de una forma de estar en el mundo. Edward Abbey cuenta la historia con honestidad, una historia que posee esa fuerza inspiradora de las pequeñas hazañas. Esto, unido al estilo distendido y a su sentido del humor, hace del libro una lectura sumamente agradable.

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