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Fuente Dé: ruta de los Puertos de Áliva

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Fuente Dé: ruta de los Puertos de Áliva

Subir por encima de las nubes, para luego bajar entre ellas caminando. El teleférico de Fuente Dé salva un desnivel de 753 metros en kilómetro y medio de recorrido. El paisaje entre las dos estaciones, la base y la superior, varía; el tiempo, a veces, también.

El Cable, así se conoce a este funicular, lleva 50 años transportando turistas que suben a lo más alto (a 1.823 metros de altitud) para contemplar el paisaje, acercarse al Hotel de Áliva o recorrer alguno de los senderos que discurren por el Parque Nacional de los Picos de Europa, entre ellos, la Ruta de los Puertos de Áliva, el PR PNPE 24, un camino de unos 14 kilómetros que, atravesando prados y bosques, te devuelve al punto de partida, a Fuente Dé. Resumiendo: una pasada, uno de los mejores senderos de los Picos de Europa.

Subir por encima de las nubes

Este verano ha cumplido 50 años. El teleférico de Fuente Dé empezó a funcionar en agosto de 1966 y, desde ese momento, ha transportado a millones de pasajeros desde Fuente Dé, una pequeña localidad que pertenece a Camaleño (Cantabria), hasta la estación superior, en medio de los Picos de Europa. El teleférico tuvo su precedente ya que, desde principios del siglo XX, se utilizaba un cable para bajar el material que se extraía de las minas de zinc explotadas arriba. Hoy su uso ha cambiado por completo y cada día suben turistas y montañeros.

Son tres minutos y cuarenta segundos de recorrido, kilómetro y medio de trayecto, 753 metros de desnivel y 11 euros (17€ ida y vuelta). Una vez arriba el paisaje es grandioso: alrededor se alzan los enormes bloques verticales de las cumbres de Picos y, a nuestros pies, Fuente Dé queda reducida a su mínima expresión; eso si se ve, porque, a veces, un mar de nubes, nos impide contemplar lo que hay debajo.

¿Qué hacer arriba? Además de quedarse absorto con el paisaje, hay posibilidades para todos los gustos: tomar un café con la vista puesta en las montañas, dar un pequeño paseo de dos horas entre ida y vuelta hasta el hotel Áliva (sí, puedes dormir arriba, luego os cuento) o recorrer alguno de los senderos del Parque Nacional. Hay varios y es posible enlazar unos con otros. Una de las opciones más usadas es la Ruta de los Puertos de Áliva (matrícula PR PNPE 24) que baja hasta el mismo lugar de donde partimos, a la estación base del Funicular de Fuente Dé. Subir en funicular y bajar caminando se convierte en una gran opción. Muy recomendable.

El teleférico desde la estación base

El teleférico desde la estación base

Inmersos en el mar de nubes

Inmersos en el mar de nubes

Por encima del mar de nubes. Mirador Fuente Dé

Por encima del mar de nubes. Mirador Fuente Dé

La Ruta por los Puertos de Áliva

Perfil de ruta

14,5 kilómetros, 974 metros de desnivel, 4 horas y 15 minutos de trayecto y dificultad fácil. El mayor problema es que con el desnivel en bajada sufren las rodillas, así que lo mejor es usar bastones o un palo. La ruta une las dos estaciones del teleférico y, aunque puede hacerse en los dos sentidos, lo más frecuente es subir en el cable y bajar caminando. Cuidado con la niebla. Advierten que puede aparecer en cualquier momento y es cierto. Con no salirse de la pista todo va bien.

Hacia un hotel entre picos y estrellas

Desde la estación del cable parte un sendero que asciende durante un kilómetro hasta Horcadina de Covarrobles. En este punto se bifurcan las dos rutas de montaña que parten de la estación: la de Horcados Rojos y la nuestra, la de los Puertos de Áliva.

Tomamos la pista de la derecha, la que indica “Hotel de Áliva” y comenzamos el descenso rodeados por las cumbres de Picos. Este camino conduce al Chalet Real primero y al Hotel de Áliva después, dos construcciones, a más de 1.600 metros, con una larga historia detrás.

El Chalet Real fue la primera cabaña prefabricada que hubo en España. Se trajo desde Inglaterra y se instaló en este paraje en 1912. Pertenecía a la Real Compañía Asturiana de Minas y el primero en estrenarla fue Alfonso XIII, un rey amante de la caza que no paraba quieto. Su nombre aparece detrás de algunas de las construcciones turísticas del siglo XX como el parador de Navarredonda de Gredos, el Caminito del Rey, etc.

Chalet Real

Chalet Real

Por su parte, el Hotel de Áliva, primero refugio, más tarde alojamiento rural, se encuentra en mitad de los prados de Áliva, usados como invernales por los pastores de Espinama desde hace siglos. Gestionado por Cantur, cuenta con 75 plazas en habitaciones dobles y cuádruples, restaurante y cafetería. Solo abre durante el verano, temporada en la que organizan multitud de actividades: taller de estrellas, rutas guiadas, fotografía nocturna, etc. Para acceder a él, no queda más remedio que caminar, bien desde la estación superior del teleférico (a 4 kilómetros), desde Espinama (6 kilómetros) o Fuente Dé (unos 10 kilómetros). Eso sí, los días de llegada y partida, facilitan el traslado en 4×4. El resto de días las taxis de montaña se pagan. En el hotel la cobertura brilla por su ausencia y, además, está abastecido por un generador, con lo que, a determinadas horas de la noche, la luz se apaga. Para unos, un horror; para otros, una gran ventaja.

Hotel - Refugio de Áliva

Hotel – Refugio de Áliva

En unos segundos cambia el tiempo. El hotel a lo lejos entre los picos

En unos segundos cambia el tiempo. El hotel a lo lejos entre los picos

El camino desde el teleférico al Hotel de Áliva (ida y vuelta unas dos horas) es el paseo típico de muchos de los que llegan a la estación superior en el Cable.

Los que optan por esta versión reducida de la ruta se pierden los prados de Áliva con sus caballos, vacas e invernales, las fuentes de piedra, el río Nevandi discurriendo a pocos metros y el bosque de hayas y robles del último tramo del camino; así que, a nada que nuestra forma física nos lo permita, lo mejor es completar la bajada a Fuente Dé.

Ganado pastando en los Prados de Áliva

Ganado pastando en los Prados de Áliva

El descenso entre prados

Desde el Hotel de Áliva volvemos a tomar la pista forestal y descendemos alejándonos entre los prados de Áliva. Conviene mirar a nuestro alrededor para observar, en determinadas épocas del año, a las vacas y a los caballos pastando y, si paramos un instante y damos media vuelta, los enormes picos y el hotel empequeñecido entre ellos. Llegamos a un cruce donde la pista se bifurca, a la izquierda, el camino conduce a Sotres, en Asturias, a la derecha, continúa nuestra ruta.

Bifurcación del sendero

Bifurcación del sendero

En este punto asoma la ermita de la Virgen de la Salud, una construcción de piedra a la que podemos acercarnos tomando un desvío que suma unos 15 o 20 minutos a la ruta.

Ermita de la Virgen de la Salud

Ermita de la Virgen de la Salud

De vuelta a nuestro camino, seguimos el descenso hasta encontrarnos con la Fuente de los Asturianos junto al río Nevandi. Queda poco para llegar a otra bifurcación, atravesamos un paso canadiense y mientras que la pista principal sigue hacia la localidad de Espinama (a unos 3 kilómetros de Fuente Dé), nosotros cruzamos un puente de madera sobre el río Nevandi y tomamos un camino estrecho, con algún tramo de escalones que, metros después, se ensancha.

Puente de madera sobre el Río Nevandi

Puente de madera sobre el Río Nevandi

Entre hayas y robles

Los últimos kilómetros del camino los hacemos entre hayas y robles, escuchando – a ratos – el agua del río, descendiendo la mayor parte del tiempo y salvando algunos repechos cortos aunque con algo de desnivel.

Lo importante, igual que en todos los senderos de pequeño recorrido, es seguir las marcas amarillas y blancas que marcan el buen camino.

La última parte del camino hacia Fuente Dé

La última parte del camino hacia Fuente Dé

Consejillos y demás

  • Atención al tiempo. Es cambiante y varía de la estación de abajo a la de arriba. Lleva ropa adecuada y, sobre todo, cuidado con la niebla.
  • Deja siempre dicho el camino que vas a hacer y no te salgas del itinerario previsto. El senderismo, mejor en compañía. Si no, extrema precauciones.
  • Mete agua, comida, crema solar en la comida.
  • Las vacas son seres pacíficos, aunque alguna vez pueden dar algún susto, sobre todo si tienen chotos cerca (y sí, son grandes y fuertes).
  • Existe otra versión del PR PNPE 24, la que lleva a Espinama. Es más corta (10,800 kilómetros, tres horas y media), transcurre al 100% por pista y te evitas el tramo por camino final y sus repechillos. El problema es volver a recoger el coche a Fuente Dé porque son unos 3 kilómetros por carretera, sin caminos alternativos. También existen taxis. Si ves que las fuerzas flaquean en la última parte del recorrido puedes usar esta alternativa.
  • ¿Ganas de más? Enlaza con otras rutas. En la bifurcación a Sotres se enlaza con el Camino de la Reconquista, un GR (sendero de Gran Recorrido) que toma varios días. Cerca de la Fuente de los Asturianos parte otra ruta (PR PNPE 22 Ruta Peña Oviedo) que conduce a Mogrovejo, el pueblo donde se rodó la película de Heidi… y un largo etcétera. Lo mejor es un mapa topográfico o pedir información en los puntos habilitados para ello.
  • Prueba el cocido montañés o lebaniego. Después de 14 kilómetros, más que merecido. Tanto en Fuente Dé como en Espinama hay restaurantes que lo incluyen en sus cartas. En Espinama, por ejemplo, en el Hostal Nevandi (donde estuve alojada), en el Restaurante Vicente Campo (allí me zampé un cocido lebaniego) o en el Remoña (obtuvo el premio al mejor cocido lebaniego en el 2014). Haz la ruta antes, después es bastante probable que no puedas moverte.
Cocido lebaniego bien merecido

Cocido lebaniego bien merecido

Más rutas por Picos de Europa, en los post dedicados a Asturias y a Cantabria. Espinama Fuente Dé Picos de Europa sendero Puertos de Áliva 2016-09-04

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