Revista Religión

Fuente de salvación

Por Perfumedecristo R. Elisabet

Confiad… porque en el Corazón de Jesús está la bondad que es infinita; está el amor y su misericordia que no tiene límites…

“Mi Corazón halla consuelo en perdonar. No tengo mayor deseo ni más grande alegría que perdonar. Es tanto el consuelo que me produce un alma que vuelve a Mi después de una caída, que ésta resulta ganancia para ella, pues entonces la miro con más amor”.

Lleva a Jesús todos tus pecados, todas tus faltas, para que te las perdone una vez más … Para que vuelva a darte el abrazo de reconciliación y de paz… Preséntale los pecados de las personas para tí más queridas, de los pecadores que te interesan, los del mundo entero y dile que goce perdonando.  

Corazón de Jesús: 

Que tu corazón “repare mis caídas y la de las almas”.   Que el fuego de tu Corazón “consuma mis miserias”.   Que ”yo no sea nada pero que Tú seas todo para mí”.  

Corazón de mi Jesús :

Te doy “mi corazón vacío para que Tú lo llenes”.   Te doy ”mi corazón desnudo para que Tú lo revistas”.   Te doy “mi corazón con sus miserias para que Tú las consumas”.

corjesma

FuAcordaos, oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón, del inefable poder que vuestro Hijo Divino os ha dado sobre su Corazón adorable. Llenos de confianza en vuestros merecimientos acudimos a implorar vuestra protección. ¡Oh Celeste Tesorera del Sagrado Corazón!; de ese Corazón que es el Manantial inagotable de todas las Gracias, y el que podeís abrir a vuestro gusto para derramar a sobre los hombres todos los tesoros de amor y de misericordia, de luz y de salvación que encierra. Concédenos os lo suplicamos, los favores que solicitamos. No, no podemos recibir de Vos, desaire alguno . Y puesto que sois nuestra Madre, ¡Oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón, recibid favorablemente nuestros ruegos, y dignaos atenderlos. Amén.

Supliquemos en los momentos de filial intimidad con la Madre del Amor Hermoso, que infunda en nosotros el verdadero espíritu de amor y de apostolado del Corazón de Jesús, aquel espíritu que no se aprende, ni se adquiere en toda su pureza sino en esa escuela: la del Purísimo Corazón Inmaculado de María.


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