"¿Alguien con tus mismos gestos y reacciones?"
- ¿Lo que me dices va en serio?
- Claro que es verdad, me han dicho que estoy apto y que mis soldaditos están fuertes, sanos y muy bien.
- Creía que estabas de coña… Entonces, ¿es verdad que vas a donar tu esperma?
- Si, aunque el lunes me darán los resultados definitivos y si todo sale bien, todo seguirá adelante.
- Pero… ¿No te da cosa saber que habrá un hijo tuyo por ahí? No sé, quiero decir… Es tu hijo.
- No gata, mi hijo sería si tú y yo tuviéramos uno, entonces él sería mi hijo. Además ¿qué hay de malo en donar? Si una pareja no puede tener hijos, si puedo ayudar a que ellos lo tengan, es lo que importa.
El año pasado cada vez que cogía el autobús de la universidad a casa, había un cartel e incluso varios sobre la mampara de la parada, en todos ellos animaban a las mujeres a que donaran óvulos. En él ponía una serie de frases que informaban acerca de ello, yo me quedaba mirándolo fijamente y lo único que podía pensar era que en el caso de que donase… Siempre estaría pensando después que habría un hijo mío al que no podría retener a mi lado, podría verle mas tarde pero yo no sería su madre y entonces me entraba la angustia. Siempre acababa por preguntarme qué sentirían todas esas mujeres que ofrecen sus propios óvulos para ser fecundados en otro útero… Y el viernes por la tarde entre varias tazas de té Jazz me suelta tranquilamente que va a donar su propio esperma.
Me parece una decisión importante y sé que es buena, porque hay muchas parejas que no pueden tener lo que mas desean, y es gracias a personas anónimas que pueden llegar a ser padres. Pero aún así… Me pregunto si esas personas anónimas piensan alguna vez en ese hijo que nunca tuvieron y que anda en el mundo sin el conocimiento de su existencia, aunque claro está puede que Jazz tenga razón… Pero yo sé que no tendría el valor de hacerlo, aunque nunca se puede decir “de este agua no beberé”.