El papa Francisco envío este domingo en La Habana un contundente mensaje ante la élite castrista al defender que “servir significa cuidar la fragilidad”. “Quien quiera ser grande, que sirva a los demás, no que se sirva de los demás”, subrayó el Santo Padre durante la misa que se celebra en la Plaza de la Revolución en presencia del general Raúl Castro y otras autoridades del régimen.
El Papa recordó que para Jesucristo, la pregunta de quién es más importante tiene una repuesta simple: “Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos”.
El Santo Padre expresó que “la vida auténtica se vive en el compromiso concreto con el prójimo, es decir sirviendo”.
Para el Papa, la invitación de Jesús al servicio “posee una peculiaridad a la que debemos estar atentos: servir significa en gran parte cuidar la fragilidad, cuidar a los frágiles de nuestra familia, de nuestra sociedad, de nuestro pueblo, son los rostros sufrientes, desprotegidos y angustiados a los que Jesús propone mirar e invita concretamente a amar, amor que se plasma en acciones y decisiones”.
El mensaje del Santo Padre insistió en la necesidad de servir a los más desfavorecidos. “Porque ser cristiano entraña servir, luchar y vivir por la dignidad de su hermanos”.
El Papa remarcó que el cristiano debe “dejar de lado sus búsquedas, afanes, deseos de omnipotencia ante la mirada concreta de los más frágiles”.
Asimismo, clasificó diferentes categorías de servicios: “Hay un servicio que sirve a los otros, pero tenemos que cuidarnos del otro servicio, de la tentación del servicio que se sirve de los otros. Hay una forma de ejercer el servicio que tiene como interés el beneficiar a los míos en nombre de los nuestros, ese servicio siempre deja a los tuyos por fuera generando una dinámica de exclusión”.
El Santo Padre remarcó que “todos estamos llamados al servicio que sirve y a ayudarnos mutuamente, en no caer en el servicio que se sirve. Todos estamos invitados por Jesús a hacernos cargo los unos de los otros por amor, sin mirar de costado lo que el vecino hace o ha dejado de hacer”.
Para el Papa, “este hacernos cargo por amor no apunta a una actitud de servilismo, pone en el centro la cuestión del hermano, el servicio siempre mira el rostro del hermano, toca su carne, busca la promoción del hermano, por eso nunca el servicio es ideloógico, no se sirve a ideas sino que se sirve a personas”.
En referencia explícita a Cuba, el Papa dijo que “el santo pueblo fiel de Dios que camina en Cuba es un pueblo que tiene gusto por la fiesta, por la amistad, por las cosas bellas, es un pueblo que camina, que canta y que alaba, que tiene heridas como todo pueblo, que sabe estar con los brazos abiertos, que marcha con esperanza porque su vocación es de grandeza. Así la sembraron sus próceres”.
En este sentido, dijo Francisco, “hoy los invito a que cuiden esa vocación, esos dones que Dios les ha regalado, pero especialmente quiero invitarlos a que cuiden y sirvan de modo especial la fragilidad de sus hermanos, no los descuiden por proyectos que puedan resultar seductores pero que se desentienden del rostro que está a su lado”.
En su intervención, el Papa volvió a pedir que “no nos olvidemos de la buena nueva de hoy, la importancia de un pueblo, una nación, de una persona, siempre se basa en cómo sirve la fragilidad de su hermano y en esto encontramos uno de los frutos de una verdadera humanidad. Porque queridos hermanos, quien no vive para servir no sirve para vivir”.
Ortega alude al deshielo
El cardenal Jaime Ortega intervino para agradecer al Papa el “haber favorecido el acercamiento entre Cuba y EEUU, que tanto beneficiará a nuestro pueblo”. Además, el eclesiástico cubano se refirió a la “anhelada reconciliación entre todos los cubanos, los que viven en la Isla y los que están fuera, solo el amor y el perdón será un medio válido para un verdadera y pacífica renovación de nuestra nación cubana”.
Por su parte, al final de la misa, el Papa dio las gracias al general Raúl Castro “por todo lo que hace” para el proceso de paz en Colombia.
El Papa expresó su deseo de que el conflicto se resuelva: “Esperamos una definitiva reconciliación para que esa larga noche de dolor y violencia se pueda transformar en un día sin ocaso, de concordia, justicia, fraternidad y amor en el respeto de la institucionalidad y del derecho nacional e internacional para que la paz sea duradera”.
“No tenemos derecho a permitirnos otro fracaso más en este camino de paz y reconciliación”, concluyó.
Fuente: diariodecuba