Revista Ciencia

Fuga de cerebros

Publicado el 24 febrero 2012 por Ceprio

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No busco hablar de cierta película española un poco mala. Lo que pretendo explicar es, de una manera sencilla que hasta Wert pueda entender, por qué la fuga de cerebros no es algo bueno. Y para explicar este problema a un español, qué mejor forma que hacerlo con una metáfora futbolística. Sí, vamos a hablar de fúrgol (y otros deportes).

Todo deportista tiene una etapa de aprendizaje/maduración, una etapa de oro, y una etapa de declive/retirada. En la etapa de oro es cuando se consiguen los méritos que lo harán famoso. Es cuando se ganan mundiales, tours, eurobaskets y medallas olímpicas. La etapa de retirada no es el fin, porque se puede pasar a ser entrenador, que es un papel imprescindible para ayudar a otros a ganar y a triunfar.

Supongamos ahora que, en este país que tan orgulloso está de sus méritos deportivos, muchos de estos deportistas hayan tenido que irse a otros países y que (aquí vamos a hacer un pequeño esfuerzo imaginativo) los triunfos que obtenga en el extranjero sean propiedad de ese país. Supongamos que Villa lleva a ganar el mundial a la Selección Inglesa. Que Contador (en este pequeño esfuerzo imaginativo no ha sido acusado de dopaje) le da varios Tours a Francia. Que Nadal se convierte en un orgullo para Alemania.

Todo es, por supuesto, una metáfora. Villa podría como mucho jugar en un equipo inglés, nunca en la selección. Pero el mundo científico no es así. Y podríais decir: pero a pesar de todo Villa sigue siendo español, y sería un orgullo para España que el pichichi de la Selección Inglesa fuera español. Todo lo que tú quieras, pero el Mundial sigue siendo de Inglaterra. También podríais decir, como parecer pensar Wert: bueno pero no pasa nada si se van, luego pueden volver. Vale, pero aún en el caso de que puedan volver porque les ofrezcan un puesto en España, y que no decidan quedarse porque ya han establecido su familia allí, aunque se cumplan todos esos supuestos y Nadal vuelva… los mejores años de su vida se los habrá dado a Alemania. Sus posibles victorias serán alemanas (pero Nadal sigue siendo español. Vale, si eso te consuela…).

Lo que España recibiría sería un Nadal fondón de cuarenta tacos. Sabría mucho de tenis. Seguro que más que a su vuelta. Aún puede hacer grandes cosas. Puede dirigir a otros, puede enseñar a otros. Sí, pero sus mejores años ya se los ha dado a otro país. Y si la mitad de sus alumnos también abandonan España, la cosa se acaba convirtiendo en un Ciclo sin Fin (que lo envuelve todo). Además sólo volvería un pequeño porcentaje (en este caso le ha tocado a Nadal). Al resto no los volveríamos a ver.

Por contra, tenemos el caso (real) de deportistas como Piqué o Cesc: emigraron, aprendieron, volvieron y triunfaron. Abandonando la metáfora deportista, viajar no es malo para un científico. Pero una cosa es hacer una (extremadamente) productiva estancia temporal, y otra muy diferente es abandonar el barco. Creo que el Gobierno puede hacer algo mejor con la Ciencia española que empujarla hasta que se caiga en una lancha-patera. No sólo puede sino que es su responsabilidad si queremos tener algún futuro como país.

Esta entrada se me ocurrió en el mismo instante que vi esta noticia, e incluso escribí un tweet al respecto, pero por diversos motivos no me he animado a escribirla hasta ahora. En parte tras leer la opinión de Sonicando al respecto.

 


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