Revista Opinión

Fuga de políticos profesionales hacia Podemos

Publicado el 15 enero 2015 por Franky
Fuga de políticos profesionales hacia Podemos Pablo Iglesias, líder de "Podemos", recluta para su partido a dos vividores profesionales de la política y la subvención, a Sanchez Gordillo y a Diego Cañamero, antes dirigentes de Izquierda Unida. Son los primeros de una larga lista de políticos poco dotados de ideología pero habituados a vivir del poder y del dinero público, que se irán incorporando a "Podemos", atraídos por el fuerte olor a victoria que desprende ese partido.

Los grandes partidos políticos españoles hace muchos años que renunciaron a cambiar el mundo y prefirieron institucionalizarse y vivir del poder. Tanto el PSOE como el PP, IU y los partidos nacionalistas de Cataluña y el País Vasco son partidos mas clientelares que ideológico, que se nutren de personas que ya no quieren cambiar la sociedad, ni servir al ciudadano, sino hacer carrera en la política y participar del atractivo festín del poder y de sus privilegios. El gran drama de esos partidos es que son frágiles porque si pierden el poder, pierden también a la mayoría de sus miembros, a los que ya no les interesará militar en un partido derrotado y sin control de las instituciones, que ya no podrá premiarles con puestos públicos bien remunerados con dinero y privilegios.

En "Podemos" ya saben lo que significa esa fuga de vividores y de políticos profesionales porque, ademas del alcalde de Marinaleda y de su lugarteniente Cañamero, ya se les han acercado muchos para tantear lo que obtendrían incorporándose. Y el rosario de tránsfugas no ha hecho mas que empezar.

En el PP, el PSOE e IU tienen pánico a Podemos porque saben que si pierden el control de las instituciones y la capacidad de repartir puestos y privilegios se derrumbarán como castillos de naipes. El bipartidismo era una fórmula que les permitía vivir bien incluso cuando eran derrotados, porque siempre existía la esperanza de un próximo retorno al poder y porque hasta en la oposición conservaban suficientes cuotas de poder y de puestos en las instituciones para mantener a sus huestes.

El problema es que a esos partidos ya no les queda ni un gramo de ideología en las alforjas, donde lo único que hay son privilegios para repartir y sagacidad y astucia para engañar a los ciudadanos con programas e ideas que solo les sirven para atraer votos. Con ese bagaje, las lealtades y las adhesiones se esfuman fácilmente y con el simple olor a derrota empieza la fuga de las ratas.

En esa vieja renuncia a las ideas y en el abandono de dos conceptos básicos en política, como son el servicio al ciudadano y la voluntad de construir un mundo mejor, reside el origen de la corrupción política española. Partidos que solo poseen capacidad de repartir dinero y poder son partidos de papel, sin alma, vacíos y carcomidos, fáciles presas de la corrupción, la injusticia y el abuso de poder.



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