Revista Cultura y Ocio
La luz de tus ojos, era yo... era yo
el fin de tu enojo, era yo era yo...
tu fruta prohibida, era yo... era yo
Tengo la cabeza tan cansada y tan dolida de pensarlo tanto que ya ni sé como escribir. Todo lo que leo y escucho me recuerda a esos días; y no puedo, sencillamente no puedo dejarlo pasar como cualquier cosa, el tiempo merece su reconocimiento y para mi fue un tiempo importante, un renacer, un recobrar la alegría, las ganas de reír, mi sonrisa interminable.
Volví a ser la que fui y todo acabó. Nos conocimos, nos ilusionamos y terminamos extrañándonos teniéndonos al lado.
No lo he llorado porque me creo valiente no me lo he permitido tampoco es para morirse pero si parece que por momentos falta el aire, se hospeda un vacío insufrible en el interior y acribilla el silencio cargado de recuerdos.
Pasar la página no es tan sencillo cuando o que lees y vives te complementa...
Divago entre tanto que quiero decir y no puedo.
Pero ya basta de reproches. No quiero que me duela mas la vida sin ese cabrón; ahora puedo respirar sabiendo que fui la que fui, que hice que le temblara la voz, las piernas y hasta el alma. Que le di razones para reír y llorar; que lo acompañé hasta cuando no quería hacerlo; que le di todo lo que soy, que sobreviví a su silencio porque lo amé a rabiar aunque no se notara y porque no tenía que abrazarlo para que me sintiera solo porque estuve... estuve día y noche, madrugadas y horas o contadas.
Espero que mis recuerdos también le colmen la mirada cuando oiga a otra reír y no ría como lo hago yo. Esa sera su tortura; saber que nadie podrá ser como esa que fui, esa que aun suspira por él.
No puedo decir mas porque últimamente no fluyen las letras; estoy seca, marchita por dentro, desolada y llena de preguntas y anhelos.
Para decirlo mejor:
"Yo fui esa.
Esa que le movió el alma y lo arrastró a hacer posible lo imposible. Esa que le despertaba el más cursi romanticismo y los más sucios pensamientos. Esa que le daba una buena conversación, lo hacía reír, le decía las cosas de frente, le tenía las sorpresas más originales y con la que se burlaban de la vida. Esa que le retaba la mente y el alma. Esa que le exigía y lo sumergía en un mundo nuevo. Esa que no le tiene miedo al amor y crea su propio destino. Esa de sonrisa imparable, que no se detiene, que lo envolvió y no lo suelta.Querrá tirarse a mil viejas más y lo hará, y tendrá novias, obvio, y se casará por supuesto, también seguirá su camino y habrá muchos días donde no pase por su mente, pero al final, sonará esa canción y el corazón se le pondrá chiquititico y mi risa se le vendrá a la mente, verá mis fotos y sentirá que el piso se mueve y estará con otras y solo se frustrará. Y es que intentar reemplazar a ESA, solo traerá frustraciones"
Princesa Samaria
Besotes
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¡Gracias por leer!