Fumar no sólo perjudica al que consume el cigarrillo sino que también puede tener consecuencias nefastas para el que de manera indirecta aspira el humo: el conocido como fumador pasivo. Las estadísticas lo corroboran. Más de mil personas mueren cada año en España por enfermedades relacionadas con el tabaquismo pasivo.
Diferentes estudios médicos confirman que la mayoría de las consecuencias nocivas del tabaco en los fumadores acaban afectando también a los que nunca probaron el tabaco. La última investigación al respecto, de autores españoles, demuestra que la exposición crónica al humo del cigarrillo (tanto activa como pasiva) daña las fibras musculares y oxida las proteínas del músculo, lo que merma la capacidad motora.
Los hechos también hablan. Es el caso de Josemari, cuyo testimonio fue presentado recientemente por el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo. Camarero de profesión, se enfrenta a un cáncer de pulmón. Nunca fumó pero se ha pasado la mayor parte de su vida inhalando el humo de los clientes.
Ahora un nuevo estudio, publicado en la revista Tobacco Control, asegura que los fumadores pasivos tienen un mayor riesgo de sufrir en algún grado pérdida de audición, una circunstancia a la que suelen ser propensos los fumadores.
Los expertos creen que el humo del tabaco puede alterar el flujo sanguíneo en los vasos pequeños del oído, lo que podría privar a los órganos de oxígeno y llevar a una acumulación de residuos tóxicos, causando daños.
-Más riesgo entre los ex fumadores
Los autores de la investigación analizaron a 3.307 adultos con edades comprendidas entre los 20 y los 69 años que fueron sometidos a pruebas de oído y a los que se clasificó como fumadores pasivos de acuerdo a los niveles de cotinine (una sustancia presente en el humo del tabaco) en sangre.
Los resultados demostraron que los ex fumadores tenían un riesgo significativo de tener problemas de oído. La prevalencia de la pérdida auditiva en las frecuencias medias y bajas era de un 14 por ciento, una cifra que se dispara hasta casi la mitad en el caso de las frecuencias altas (más de 25 decibelios).
Aunque el riesgo no es tan elevado entre los que nunca han fumado, casi uno de cada diez presentaba problemas auditivos en las frecuencias medias, y uno de cada cuatro en las frecuencias altas.
Pero el descubrimiento más destacado entre los ex fumadores es que si continúan expuestos al humo como fumadores pasivos, incluso en niveles bajos, pueden seguir experimentando la pérdida de audición en las frecuencias altas que ya sufrían cuando eran adictos al tabaco.
«Será necesaria una investigación adicional para determinar si el tabaquismo pasivo potencia el efecto en la audición que tiene la exposición al ruido y el envejecimiento», concluyen los autores, que advierten que si este hallazgo es confirmado de forma independiente, entonces la pérdida de audición «se puede añadir a la creciente lista de consecuencias para la salud asociados con la exposición al humo de tabaco».
**Publicado en "ABC"