Función de GPS

Si hay una tarea dura y complicada donde las hayas a la hora de ser madre, es la de guiar, somos el GPS de nuestros hijos en cuanto educación, valores y felicidades si a eso le sumamos el efecto espejo con flash que además tiene que tener un almacenamiento de memoria RAM de 3G al menos, con una sección de memoria a largo plazo y además si eres bimadre necesitas tarjeta dúo...lo dicho no hay en el mercado un elemento electrónico que supere nuestra capacidad. (Se nota que estoy sumergida en el mundo del Smartphone e intento cambiar de móvil no??). Después de esta metáfora no vengo a hablaros de tecnología sino de un proceso más que me está tocando vivir en la maternidad desde hace un año y que tan cuesta arriba se me está haciendo.

Hoy vengo a hablaros del reto de ser la madre del monillo, porque me ha tocado lidiar con un bebé de meses cuando su hermano está en pleno proceso de crecimiento, intelectual, personal y humano. No lo negaré no es fácil, me he estresado y me estreso, lloro y pienso porque no hay mayor responsabilidad en la vida que guiar y formar a alguien. Porque no debemos olvidar que ellos serán lo que nosotros queramos que sean, no depende del colegio solo, por no decir que es una parte muy pequeña del queso. Ellos vivirán, actuarán y afrontarán la vida con las herramientas y conocimientos que hayan adquirido a lo largo de su vida, y quien es el suministrador principal, nosotros, los padres. Ojo, que todos nos podemos torcer, y nos torcemos (esto lo digo antes que el aitona me lo puntualice en un comentario 😉, pero eso no quita a que como padres seamos responsables de esos cimientos.

Hay días en los que pienso, qué lejano se me queda el parto, la lactancia y mil cosas cuando esto es una losa mucho mayor, el reto real de la maternidad, crear un ser humano. Me supongo que somos muchos los que queremos evitar esas cosas que en nuestra infancia no nos han gustado, pero al mismo tiempo según pasa el tiempo te encuentras con que hay cosas que tus padres hicieron que ahora que estás en su papel hasta lo puedes llegar a compartir. Y luego está esa parte que te toca compartir con tu pareja, muchas veces venimos de crianzas diferentes, las experiencias marcan y las generaciones, no siempre es fácil encajar las piezas.

Me gustaría poder deciros que hay una panacea para esto, pero personalmente creo que hay que tirar mucho de prueba-error, no siempre se acierta y sobre todo no siempre el niño reacciona como nosotros esperamos. Yo lo que tengo claro es que lo de poner consecuencias es necesario (esto de no poder decir castigo, por poder ir a la hoguera...) a veces no es cuestión de palabras sino de hechos y actitudes. Si hay algo que me está costando horrores trabajar con mi hijo mayor son los límites, y eso cuando hay que estar al mismo tiempo cuidando a un bebe que reclama mucho....misión imposible. Porque la otra clave es dosis de paciencia que esto no suele venir precisamente unido al no dormir. Y tiempo, hace falta tiempo para dedicarles y entenderles. Este cóctel que puede parecer tan sencillo es lo más complicado que me ha tocado vivir en todo mi vida, porque cada paso que doy y que él de da junto a mí, es un paso más en su camino y muchas veces no sé si le estoy guiando correctamente o metiéndole en un barrizal.

Por supuesto guiar a tu hijo es la prueba perfecta para dar con todos tus errores y aciertos, es tu propio examen donde a veces toca rehacer y volver a tomar el camino junto a él, ese momento en el que el profesor se vuelve alumno aunque él no lo sepa y es el reto a superar. Porque no nos olvidemos que por muy pequeños que sean a veces nos pueden dar grandes lecciones. Mi hijo mayor ha terminado el ciclo de infantil y en septiembre pasará a primaria, este verano nos toca superar juntos muchos retos, pero me he propuesto que lo vamos a conseguir poco a poco, porque le guste o no la vida no es una competición y quiero enseñarle a llegar a meta habiendo hecho una buena carrera y no con la lengua fuera y siendo el primero. Este curso se me ha pasado volando y no he visto que él iba en avioneta de dos hélices surcando por la tempestad de la bimaternidad como si fuera un Concord, porque nos guste o no, son años en los que toca pensar y dedicar mucho tiempo a la crianza porque a veces el tiempo es oro.

Mi sueño es poder decir eso de : "Todo recto y a la derecha hijo mío, cuando veas la señal de buena persona, cruce la rotonda, cuando vea la señal de gritos, tuerce al lado contrario, sigue recto y coge el primer desvío hacia generosidad, en la segundo cruce opta por inteligencia y cuando llegues a destino aparca en modo corazón.