Revista Diario

Funciona!!

Por Treintañeraconhijo
Mi hijo ha empezado la época de las rabietas. No es que se coja muchas pero alguna ya si que ha cogido. La semana que estuvo en la playa con mis padres se portó muy bien y no lloró nada excepto la noche del miércoles que no se quería ir a dormir y dice mi madre que estuvo llorando y sin atender a razones mucho rato. Así que el jueves por la noche que ya había llegado yo estaba prevenida y en cuanto vi que íbamos camino de una rabieta a la hora de irse a dormir pues desvié como pude la atención hacia otras cosas y al final conseguí que no llorara y se fuera a dormir. Pero claro, la noche del viernes y del sábado fue otro cantar. Con un montón de gente en casa que había venido para su cumple de ninguna manera quería irse a dormir y al final el lloro y la pataleta fue inevitable. Mi marido y yo en la habitación con el niño que no paraba de llorar e intentar abrir la puerta para irse y un montón de gente en el comedor pendientes de que era lo que hacíamos y más de uno pensado (que lo se)  que con un buen azote se acababa pronto el lloro. Mi hijo no atendía a nada ni quería oír nada. Intenté cogerlo en brazos y no me dejo pero parece que se calmo un poco, así que le hable suavemente y intenté cogerlo de nuevo diciéndole que si le daba un abrazo se iba a sentir mejor. Y me dejó cogerle, me abrazo y le fui tranquilizando hablándole y diciéndole que le queríamos mucho pero que se tenía que ir a dormir. Al final llegamos a un acuerdo, salíamos como él quería fuera de la habitación pero sólo a dar las buenas noches y un beso a todos y luego nos íbamos a la cama y mama le contaba un cuento. Lo hicimos así y conseguimos superar la rabieta todos.
Llego el sábado y pasó lo mismo, no quería irse a dormir, además de ser algunos más que la noche anterior ya que habíamos celebrado su cumple por la tarde y había más juerga en el comedor. Además yo me puse mala por la tarde y por la noche no tenía ya ganas de nada sólo de meterme en la cama y dormir por lo que una rabieta de mi hijo no era lo que más me apetecía. Mi hijo llorando como loco en la habitación sin parar , tirado en el suelo y yo desesperada. Le pregunté que si quería que mama le diera un abrazo para que se sintiera mejor y increíblemente dijo que si, se subió a la cama donde yo estaba y me abrazo muy fuerte. Ni siquiera tuve que ir a cogerle  en brazos, vino él solo. Como el día anterior le dije que le queríamos mucho y que los abrazos eran mágicos porque hacían que nos sintiéramos mejor. El decía que sí, que eran mágicos. Además le dije que como yo estaba malita si él me daba abrazos hacia que me curara. Y me abrazaba más fuerte y decía "curo a mama". Al final nos acostamos abrazados y me pidió que le contara un cuento. Segunda prueba superada.
Así que puedo decir que funciona, que los abrazos y los besos funcionan, por lo menos a mi. A lo mejor es que tengo mucha suerte de que mi hijo se deje coger y abrazar en plena rabieta, o es que todavía no hemos llegado a la superrabieta, esa que nada va a hacer que se calme, ya os lo contaré.
Lo mejor de todo es que ahora cuando nos acostamos por la noche me dice "mama abrazos" y me pega unos besos y unos abrazos que me lo comería.

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Dossier Paperblog

Revistas