En los congresos médicos de todo tipo, y en todo el mundo, hay un espacio dedicado sólo a las casas comerciales para que puedan presentar e informar de sus productos. Esto es perfectamente legal y ético y no suponiendo ningún conflicto de intereses entre los profesionales de la salud y la industria farmacéutica. Como comprenderán poner un stand es muy caro por lo que sólo las empresas poderosas pueden hacerlo. En algunos eventos como el reciente 60º Congreso Nacional de Pediatría celebrado en Valladolid donaron un rinconcito para entidades sin ánimo de lucro que ayuden a los niños. Había muy poquitas. Este año me encontré con una amable señorita que se pasó horas y horas en el dedicado a la Fundación Música Abierta sin que le hicieran mucho caso. Me interesé en ella y le prometí difundir su labor en este blog. Y así lo hago.
La música es un bien cultural y social innegable que ha de hacerse accesible a todos los individuos para que se beneficien de sus cualidades educativas, terapéuticas, de regulación emocional y de mejora de las relaciones sociales. Interpretar música no consiste en la mera actividad de producir sonidos con un instrumento, supone mucho más. Implica mejorar la creatividad, desarrollar la capacidad de expresar sentimientos e ideas, facilita las relaciones sociales, educarse culturalmente y en valores, divertirse, aumentar la capacidad de pensamiento abstracto, la memoria, la atención y la concentración. El facilitar el acceso a la práctica musical a personas con alguna limitación, permitiéndole aprovechar todos esos beneficios de la música, también mejorar sus condiciones físicas (ampliar y mejorar la fluidez de los movimientos) y, sobre todo, permitiéndole participar en la sociedad con las mismas oportunidades que los demás. A lo largo de la historia se han dado casos de músicos que por sufrir una discapacidad han tenido que adaptar sus músicas, o han buscado otros recursos para seguir tocando.
La Fundación Música Abierta se constituyó en 2009 en la localidad de Urueña (Valladolid), para fomentar la participación musical en personas con limitaciones físicas, cognitivas o sensoriales. Algunas de estas personas, debido a sus limitaciones, han visto mermadas sus posibilidades de tocar un instrumento musical, disfrutar de la danza o de la creación musical.