Antes de ayer mi compadre Fernando, proveedor oficial de temas neurocientíficos, me dio una alegría: Todo esto de contagiar la suerte tiene base científica.
Como sabes, hace tiempo que llegué a la conclusión que el camino para tener suerte y ser feliz pasa por el buen rollo. Esa certeza de que cuando estoy de buen rollo, todo me va mejor y soy más feliz.
Por un lado, si estoy de buen rollo estoy feliz. Sería como decir que una forma de ser gordo es estar obeso. Menuda tontería. Pero además de eso, hay otra parte importante. Cuando generas buen rollo las cosas salen mejor. Mi teoría era básicamente que somos seres sociales y nuestra felicidad depende de lo que hacen los demás. Si los demás están más contentos, es más fácil que me ayuden a ser feliz. Así que vamos a generar buen rollo.
Pero además, había otra cosa un poco más mística. Algo me decía que no se trata solamente de un tema conductual sino de algo más. No hace falta que los otros me sonrían para hacerme reír sino que el buen rollo se pasa de unos a otros como una energía.
Como suelo ser muy escéptico en todo lo esotérico, no entré mucho en este tema. Hasta que mi compadre me explicó los fundamentos de las buenas vibraciones y vi que hay una explicación científica que hoy intentaré compartir contigo:
La clave de todo es la “coherencia neuronal” algo que suena mu raro pero que en realidad, para lo que vamos a hablar, es bastante sencillo.
Las neuronas se comunican por impulsos eléctricos. Hasta aquí nada nuevo. Al hacerlo, emiten un campo electromagnético de baja frecuencia. Para entendernos, unas ondas como el típico gráfico de película que te pongo a continuación (no te asustes con las palabrejas, solo quédate con la forma).
Digamos que cada neurona tendría una línea de estas.
Pues se ve que a raíz de un estudio han descubierto que cuando estás de bueno rollo, las neuronas tienen un comportamiento coherente espacio-tiempo. Pa entendernos, todas las líneas de tus neuronas se mueven paralelas. Lo que en términos científicos es la famosa coherencia neuroal. En cambio, si tienes estrés, no duermes, etc… cada una va a su bola.
Y tu dirás, ¿y a mi que más me da?
Pues es que aún hay un poquito más: esta coherencia es contagiosa.
Resulta que esas mini-ondas que emite el cerebro interaccionan con las de los demás y lo que es mejor, el campo coherente predomina sobre no-coherente.
En cristiano y pa que me entiendas. Cuando sientas estrés y nervios entres en contacto (cuanto más cerca mejor) con una persona que esté relajada y tranquila, SE TE VA A PEGAR EL BUEN ROLLO. Te transmitirá sus buenas vibraciones. O, en caso de que sea al revés, serás tú quien le contagie tu suerte.
Como dice mi compadre, básicamente lo que ya sabíamos pero comprobado por la ciencia. Quizás te parezca una tontería, pero me ha hecho mucha ilusión saber que es verdad que se contagia el buen rollo y quería compartirlo contigo.