"I used to love her, but I kill her I knew id miss her, so I had to keep her. She's buried right in my backayard"
Así que vamos allá con esa película que pocos verán en San Valentín pero que, desde luego, yo amo.
¿De qué va?
Una familia adinerada se va a pasar unos días en su casa al lado del lago. Después de instalarse conocerán a Paul (Arno Frisch) y Peter (Frank Giering), unos conocidos de sus vecinos un tanto peculiares con muchos modales, pero que pronto empezarán a asustar a la familia.
La crítica
Aunque unas líneas más arriba haya comentado como se le pudo ocurrir semejante idea a Michael Haneke (director y guionista), no creo que nunca lleguemos a saberlo. 'Funny Games' se presenta como una obra que trata de retratarnos la brutalidad que puede llegar a causar un par de niños mimados.
Cuando la familia de Anne (la madre de la familia, interpretada por Susanne Lothar) se va a su casa de verano para descansar, no saben que en breves, un par de jóvenes les harán pasar lo que serán las peores horas de su vida. Este par de elementos apostarán con la familia que cuando sean las nueve del día siguiente todos estarán muertos.
Con semejante premisa arranca una película de hora y cuarenta minutos que nos ofrece brutalidad en estado puro. Haneke nos sume en una situación de lo más perturbadora: los antagonistas de la obra disfrutan con todas y cada una de las travesuras que hacen con una serenidad impresionante. El objetivo del director austriaco no es dar al publico una obra plagada de terror slasher (que es lo que muchos creen), más bien de llegar al espectador a través del miedo psicológico, porque la situación (exceptuando de los guiños constantes de Paul a la cámara) es real, cualquiera podría irse de vacaciones y encontrarse con semejantes personajes.
'Funny Games' no es más que un auténtico festival de violencia gratuita en la que Paul y Peter disfrutan como enanos. Ambos personajes nos fascinan, por su manera de ser, por su manera de hacer las cosas. Uno será el cerebro y el otro... el fiel servidor, el que no piensa: tan solo actúa.
Pero todos sabemos que Paul es la estrella. Él es el que maneja los hilos, el que lleva la batuta de esta película. ¿El resto? Títeres. Paul es el mal en persona, le da igual el resto (de ahí a que llame a Peter, su supuesto amigo, "gordi"), tan solo quiere disfrutar haciendo el mal. Él es metódico, listo y educado, por encima de todo, eso es lo que más presencia le da al personaje, que cuide tan bien todo lo que dice, haciendo parecer que lo que hace es algo de lo más normal.
Arno Frisch, el actor austriaco que da vida a este personaje, se sale por completo del papel y nos ofrece un auténtico espectáculo, se come la pantalla por completo. Lástima que, tanto villano como actor, hayan quedado en el olvido del mundo del cine.
Por otro lado tenemos al resto del reparto. Los actores de más renombre son las propias víctimas: madre y padre, Susanne Lothar ('The Reader', 'La pianista' y Ulrich Mühe ('La vida de los otros), respectivamente. Ambos dan credibilidad a sus personajes de manera más que sobrada, uno se muestra más pasivo ante la amenaza que se presenta y la otra más rebelde. Esta pareja dará a conocer al público el miedo que están pasando al ser torturados de esa manera.
Gracias a este cuarteto dividido en dos bandos, el espectador se decantará por un lado, pero no se olvidará del otro. En muchos momentos disfrutará de lo que los llamados "malos" están haciendo y se reirán de todas y cada una de las frases que Paul diga. Pero a veces se sentirá mal por esa pareja torturada que bien podría ser alguien que conocemos o peor aún: nosotros mismos. Sentiremos lástima por ellos y querremos que aprovechen todo momento para escapar, pero realmente (o al menos yo) querremos ver como Paul y Peter hacen de las suyas.
¿Y por qué algo tan simple es considerado obra maestra? Por el magnífico trabajo de Haneke en hacer esta película, tanto estando detrás de la cámara como cuando elabora el guión de esta. Detalles insignificantes como enseñar lo justo y debido de cada personaje o mantener las escenas en completo silencio por uno segundos, así como dar un poco de luz a la familia creyendo que van a poder seguir con vida. El director austriaco cuida con sumo cuidado todo minuto de metraje de esta espectacular obra.
Y ahora ya podéis ir con vuestras respectivas parejas de vacaciones por San Valentín, eso sí: no recomiendo ir a una casita cerca del lago.
- Cuando se presentó en Cannes en 1997 el impacto que causó al publico fue tan grande, que muchos de los espectadores, incluidos críticos, abandonaron la sala.
- Pese a haber sido estrenada en el 97, no llegó a España hasta el 20 de febrero del 98.
- Paul dice "Aún no estamos en un largometraje" en la marca de 95 minutos.
- Haneke comentó que él nunca quiso ofrecer una película de terror al público. Su intención era hacer una obra con un comentario moralista sobre el efecto que tiene la violencia en los medios de la sociedad.
- Existe un remake/adaptación del año 2007 llamado 'Funny Games U.S.' dirigido por Haneke.