Revista Cultura y Ocio
"Ella no quería ser la reina de la belleza, pero quiso la suerte que ahora estuviera a punto de convertirse en una. Hubo unos minutos ociosos entre el desfile y el anuncio del resultado, así que los amigos y familiares se congregaron alrededor de las chicas para darles la enhorabuena y cruzar los dedos. Los pequeños grupos que se habían formado le recordaban a Barbara unas ruedas de regaliz: una chica en traje de baño almibarado -de un rosa o un azul brillante- en el centro; un remolino de gabardinas negras o marrón oscuro rodeándola."
Alta fidelidad. Es lo que primero se me vino a la mente al encontrarme a Hornby en la librería. Y como había hablado no hace mucho de ese título, no pude evitar llevarme a casa el nuevo. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Funny Girl.
Conocemos a Barbara Parker en el año 1964 cuando está a punto de ganar el concurso de belleza local Miss Blackpool. En contra de lo que pueda parecer, Barbara no tiene ningún interés en ganar el título, loq ue ella quiere es salir de su ciudad natal e ir a Londres para emular a su admirada Lucille Ball, actriz de comedia televisiva. Con esfuerzo y trabajo consigue su objetivo y se cuela en los hogares bajo el nombre de Sophie en la serie Barbara ( y Jim).
Hornby es un escritor divertido. Eso lo vemos desde las primeras páginas en el desparpajo de una protagonista que se siente asfixiada en su localidad natal, que vive sola con su padre, y que está deseando encontrarse en la capital. Hasta aquí podríamos estar ante mil novelas y unas cuantas películas de "chica mona busca ser actriz y acaba de camarera". Tras un pequeño amago o pista de lo que acaban haciendo alguna de esas chicas, Hornby opta por conceder su deseo a la protagonista gracias al encuentro con el que será su manager, y ahí ya empezamos a ver el tono teatral que alcanzará la historia. Seguiremos el avance de Barbara, su transformación en Sophie y la compartiremos con el coprotagonista de la serie, el director y sus dos guionistas en lo que será una magnífica representación social del Londres de los años sesenta. Una época en la que los televisores llegan a las casas y las familias se reunen ante ellas, Llegan las teleseries, el público en directo y las nuevas estrellas televisivas. Un mundo nuevo en el que la sociedad parece olvidar el exterior por unas horas. Y el autor opta por unos diálogos muy logrados, que alterna con los pensamientos de quienes los protagonizan. De este modo, evita la aridez que podría suponer representar este mundo, ya que nos va dando pistas extra sobre cada uno de ellos. La novela alcanza entonces su tono máximo en un intento de transmitir el éxito que tuvieron estos formatos en aquella época, indicio quizás de que estaban cambiando las cosas y que muchos lectores podrán identificar en sus distintos países con unos años de diferencia. De hecho hay una defensa poco velada al simple entretenimiento frente a un cierto tipo de snobismo que será una suerte de "malo" de la historia. Y todo este grupo de personajes y ambientes se ve reforzado por los nombres reales que salpican la historia, consiguiendo de esta forma un universo mucho más real del que se lograría con simples descripciones. Es más, la propia Lucille Ball existió junto a su serie como puede verse en la imagen adjunta.
Hornby da muestras desde las primeras líneas de que evitará entrar en la zona triste de estrellas caídas, soledad y fracaso, y mantiene esa intención durante toda la novela. Pero porque no es ese tipo de novelas, esta es una historia amable y francamente divertida con una protagonista que me ganó desde el momento en que es invitada a una cena por un acompañante que se equivocó de tipo de velada. He disfrutado mucho con la visión de Funny Girl. Me ha parecido una historia muy entretenida con un final incluso mejor de lo esperado tras un leve bache. Puro y simple entretenimiento. Nada más y nada menos que cultura popular. Y vosotros, ¿recordáis alguna serie que os enganchara? Gracias