Después de la soberbia remontada frente al PSG en la Champions, debía el Barça conquistar Riazor para exigir al Real Madrid, que contaba con un punto y un partido menos en la Liga. Pero se enredó a lo grande el equipo de Luis Enrique, incapaz de fabricar fútbol, de expresarse en campo contrario y sobre todo de defender los saques de esquina. Una suerte que penalizó el Depor en dos ocasiones para conquistar el partido.
Decidió el Dépor esperar en su campo para salir a la contra. Y, aunque contó con alguna ocasión puntual, mejor le fue a balón parado. Primero fue Joselu, que cazó un balón huérfano en el área para batir a Ter Stegen; después fue Bergantiños, que remató de cabeza y a la red desde el segundo palo, justo después de otro cabezazo de Arribas que se estrelló en el palo. El Barça, también falto de fútbol, se encomendó a Luis Suárez, que dio la réplica como sabe, con un disparo seco por abajo y ajustado al palo ante el que nada pudo hacer Lux. Pero la ausencia de Neymar y las rotaciones –los suplentes como André Gomes o Arda Turan no dieron la talla- hicieron mella en el equipo azulgrana, que tampoco encontró a Messi, de nuevo de mediapunta y sin espacios ni huecos para expresar su fútbol.Todo un traspié para el Barça, al que se le complica la Liga. Y toda una bajada de humos para un equipo que hace tan solo unos días hizo historia en Europa.
Con información de El País.
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