Dijo César Luis Menotti: “El poder económico, a través del poder político, ha producido una desculturización aterradora, que ha llegado al fútbol. Había una cultura, un estilo que en el nombre del modernismo se empezó a destruir. Parece que para ser moderno hay que matar a Mozart o Beethoven”. Esos personajes de la música y otros ámbitos, tal como reflexionó el Flaco, suenan poco en el mundo pelotero. Decoran una bandera que ondea cada vez menos sobre las tribunas. Aunque resisten en la cultura y la memoria de ciertos hinchas. Es el caso de este fanático de Flamengo, que convive con esos colores y Karl Marx en su espalda. Otra manera de contemplar el fútbol, alejada del modernismo. Intelectual y, por supuesto, marxista.