Se está liando un divertida a partir de la pretensión de la Liga de Fútbol Profesional de cobrar a las cadenas de radio por retransmitir los partidos. Bueno, por retransmitir, por tener una cabina en los campos, por hacer entrevistas en la llamada zona mixta (esto con exclusividad incluida) y por algunas cosas más. Y en Twitter, que anda aburridillo este mes de agosto, ya se ha montado el pollo al grito de #noalfutbolsinradio
Pues qué quieren que les diga. Se veía venir.
Los clubes de fútbol, hasta las trancas en una lógica ilógica de pagar barbaridades a los jugadores tiene que sacar dinero de debajo de las piedras.
Lo de las camisetas va bien. El otro día, mientras le daba el biberón a mi hija, me entretuve en contar cuántos chavales llevaban la zamarra del Barça en una plaza de Vilanova i la Geltrú. Y eran un montón, oiga, pero con el textil parece que no se cubren todas las facturas.
A las teles ya les metieron el mordisco correspondiente y, de hecho, parece que son los que pagan la parte del león.
Y ahora les toca a las emisoras de radio que, dicho sea de paso, hacen un excelente negocio con sus carruseles (que ya sabemos que se pueden llamar de muchas maneras pero que son lo mismo, se hagan donde se hagan y los hagan quienes los hagan). Por eso, el comunicado de la Asociación Española de Radiodifusión Comercial me da un poquito de risa cuando dice esto de ”En relación con el beneficio económico que, en su caso, las radios obtengan por los ingresos publicitarios derivados de los programas deportivos, ya que la información y las retransmisiones en los campos generan también importantes gastos, entendemos también que esos posibles ingresos se ven compensados por la aportación diaria que las radios hacen a la animación del espectáculo futbolístico en todos sus programas”
Pues me lo expliquen, porque esa aportación diaria tampoco es gratuita. Produce pingües ingresos publicitarios. En caso contrario, uno duda de que la programación radiofónica estuviera tan colonizada por el futboleo.
En fin, que como decía el mafioso, esto es sólo un asunto de negocios. Sospecho que al final se pondrán de acuerdo los unos con los otros, se acabará pagando una cantidad que satisfaga las pretensiones de los clubes y aquí paz y después gloria.
Y todos los que están sacando en procesión al Santo Cristo de la Libertad de Expresión (o del Derecho a la Información) se quedarán con un palmo de narices al ver que es cuestión de pasta y nada más.
Por favor, dejen a la libertad de expresión tranquila.No tiene nada que ver con todo esto y a uno, que es como es, le sobrevienen unos revolcones en las tripas muy malos de llevar.
Parecidas arcadas me atacan cuando la tropa jorgejavierizada de Tele 5 esgrime la libertad de expresión y el derecho a la información para defender su forma de vida vil, carroñera, insultante y gritona.
Recuerden todos que 91 periodistas fueron asesinados el año pasado. Aquí sí hay que llorar por el pisoteo del derecho a informar.
Y dejen de jugar con las cosas de comer.