A la espera de que llegue el fútbol oficial, o de que los equipos más potentes del Viejo Continente comiencen a tomar forma, me parece tan osado como entretenido hacer alguna valoración, poco técnica y muy instintiva de lo que podríamos ver este año.Me veo en la obligación de comenzar con el Inter y más concretamente por lo que pueda hacer Stramaccioni, de quien pensaba que acabaría la pasada temporada a modo de ‘premio’ y dando el curso como perdido y no sólo continúa al frente del equipo neroazurri, sino que ha comenzado a llevar a cabo la regeneración de la que tantas veces hemos hablado.
Julio César, Lucio, Chivu, Stankovic y Forlán son los jugadores que no participarán el año que viene. El central brasileño se ha marchado a la Juve, pero su ciclo en Milan estaba acabado, el rumano también puso fin de manera consensuada y el portero y el centrocampista han comenzado la temporada apartados. Forlán jamás entró en la dinámica del equipo y su paso puede ser considerado como uno de los mayores fiascos en el Calcio moderno.Sneijder y Pazzini, dos hombres relevantes pero por los que no nadie pondría la mano en el fuego apostando por su continuidad dejan clara una cosa: Stramaccioni no será el único ‘joven’ de la plantilla.
El cambio generacional también se verá condicionado por la crisis que, como no, afecta al Inter. Las llegadas hasta ahora han sido revueltas tras cesiones y copropiedades, algo habitual en el Calcio pero que no debería hacernos bajar la guardia a la hora de esperar una gran contratación, un esfuerzo económico que permita traer a alguna figura para el ataque que se eche el equipo a la espalda. ¿Tévez? ¿Van Persie? ¿Dzeko? O uno con el que nadie cuente, pero alguien que le dé nuevas ambiciones a un equipo que busca quitarse vicios adquiridos.