Hoy os he vuelto a ver.
Y no he sido capaz de apartar la mirada ni un segundo de vosotros.
Seréis míos, quizá más tarde que pronto, pero lo seréis.
Y cuando os tenga, os dejaré hacerme sufrir, partirme el corazón y darme dolor de pies, espalda, tendones montados y rampas.
Pero seréis míos.