Revista Ciencia

Future thinking como herramienta de transformación

Por Jguerra

FUTURE THINKING COMO HERRAMIENTA DE TRANSFORMACIÓN

Future thinking: qué es y cómo nos ayuda a comprender el presente para transformar el futuro.

FUTURE THINKING COMO HERRAMIENTA DE TRANSFORMACIÓN

El Future Thinking es el pensamiento que necesitamos desarrollar y entrenar para dar respuestas creativas y novedosas, a los desafíos que enfrentamos, tanto personales, institucionales como globales.

La era de la disrupción

Vivimos en un mundo donde el futuro se forja en paralelo al presente. Ya no se trata de un futuro que está allá a lo lejos y que en algún momento vendrá, sino que lo estamos construyendo con nuestro accionar de todos los días, seamos o no conscientes de ello. ¿Cómo hacemos entonces para que presente y futuro convivan en un mismo espacio-tiempo? Explorar el futuro se vuelve fundamental para enfrentar los desafíos que tenemos por delante.

Es importante comprender que los cambios que están sucediendo no son cambios lineales, son exponenciales ¡Cambios de quiebre! ¿Cómo asimilamos esto? ¿Cómo procesamos semejante disrupción? ¿Está preparado nuestro cerebro para procesar estos cambios de manera tan rápida? ¿Y qué pasa con los tiempos de cambio de nuestras organizaciones?

Tan relevante es este tiempo, que las decisiones que tomemos hoy, los caminos que elijamos darán lugar a la configuración de un futuro u otro. Tan profundo y tan veloz es el cambio al que asistimos, que conocer este doble juego entre futuro-presente, presente-futuro, nos vuelve absolutamente protagonistas y decisores en la construcción de nuestro futuro y el de nuestras organizaciones.

Con lo cual, no se trata de “mirar la bola de cristal” o de “adivinar” qué sucederá en el futuro, o de quedarnos inmóviles porque el futuro simplemente sucederá; sino del ejercicio de imaginar alternativas de futuros, para generar acciones en el presente que nos permitan prevenir aquellos futuros que no queremos que sucedan, como, por ejemplo, una catástrofe climática.

Con lo cual, no se trata de “mirar la bola de cristal” o de “adivinar” qué sucederá en el futuro, o de quedarnos inmóviles porque el futuro simplemente sucederá; sino del ejercicio de imaginar alternativas de futuros, para generar acciones en el presente que nos permitan prevenir aquellos futuros que no queremos que sucedan, como, por ejemplo, una catástrofe climática.

En el año 2019, bajo la pregunta “¿Qué especie humana queremos ser?” Congreso Futuro -el evento sobre futuro más importante de Latinoamérica que se celebra hace más de 10 años en Chile- hacía su inauguración, con el relato de Guido Gerardi diciendo que:

“La humanidad vive su máximo esplendor de desarrollo. Hace un siglo, tal vez menos, ni los más creativos escritores de ciencia ficción hubieran pensado que aquello que imaginaron, hoy fuera real: colonizar el universo, prolongar la vida, erradicar la muerte, modificar nuestros genes, crear inteligencia artificial y muchas otras antiguas utopías ya se vislumbran en lo cotidiano.

Las certezas y convicciones de ayer no alcanzan para entender el mundo actual. Somos analfabetos frente a la catástrofe ecológica y la disrupción productiva que vivimos.

Todos, desde nuestros lugares, debemos aportar reflexiones, desarrollar pensamiento nuevo y exportar innovaciones, porque nuestros desafíos se viven en todos los rincones del planeta. Todos los ciudadanos del mundo, no solo las universidades, los medios de comunicación o las instituciones públicas, enfrentan el riesgo de la obsolescencia.

Nuestro mayor desafío es que esta disrupción tecnológica sea para construir una mejor humanidad. Para ello es necesario democratizar el futuro, que todos entendamos el cambio que vivimos y sus consecuencias. Que el desarrollo científico y tecnológico vayan acompañados de filosofía, arte y una profunda visión ética.

Seguir leyendo aquí: https://drive.google.com/file/d/1QrYE2VtFwyrA2hDFt8HytIGcwhQIbQ1b/view

Por Karen Zeolla y Johanna Heinberg


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