No os he hablado mucho de Futuro Coche, pero era algo que casi no me podía creer. Llevaba tanto tiempo en nuestros planes, que ahora, que se ha hecho realidad, me cuesta creérmelo. Todavía no lo he podido disfrutar plenamente, pero ya he tenido una primera experiencia y es el recuerdo con el que quería quedarme para siempre.
Ayer, por fin, le cedieron las llaves a Futuro Papá y, como ocasión de honor, ha venido a buscarme al trabajo… con todo lo que ello implica. CiudadCapital no es un sitio donde conducir sea agradable, genera mucho malestar y estrés… Creo que la ciudad en sí siempre la genera, pero a la hora de conducir, es peor.
La primera vez que vi llegar a Futuro Coche de frente no me podía creer lo bonito que me pareció. Es un todocamino de los que llaman ahora y realmente es… precioso. No sé si es porque es nuevo, pero la verdad es que consiguió impresionarme y eso que había visto mil y una fotos del coche. Pero no es lo mismo verlo en acción, no me lo esperaba tan impactante y bonito.
Cuando me subí… me sentía en las nubes. ¡¡Estaba altísima!! Recoloqué el asiento a mi gusto y me hice el trayecto a casa descubriendo mil y una novedades del coche. Lo primero, sincronizar los altavoces del coche con el móvil de Futuro Papá. Bueno, hay cosas que hace 8 años eran novedad y hoy en día ya es el día a día de cualquier coche, pero como no lo he tenido, yo estaba flipando y recontenta con cada cosa nueva que descubría. ¡¡El portadocumentos es gigante!! Y tiene para poner cosas encima del salpicadero. Simplemente es perfecto.
El color es la mezcla de los dos colores favoritos de los Futuros Padres. Por mi parte, ya os lo podéis imaginar, pero también tiene el color más oscuros de todos de Futuro Papá. Pero en una combinación que me parece perfecta.
Os dejo con la foto que quiero dejarme de recuerdo. Porque es el principio de todo un camino juntos y lo que vivirá Futuro Coche formará parte de la vida de nosotros: