Ambos tenían una “carrera paralela” como símbolo sexual en las columnas de chismes de los principales periódicos del Reino de tal manera que, cuando se produjo este encuentro, el uno conocía muy bien al otro a través de los tabloides y también a raíz de haber trabajado juntos tres años atrás en “No man of her own”. Como en toda historia de amor que se precie, al principio se pelearon en dicho baile, pero el amor no tardó en aparecer.
El Reino de Hollywood volvió a organizar otro evento importante un mes más tarde: el baile “Depresión Nerviosa”. Carole, fiel a su fama de bromista y rebelde, se presentó en ambulancia y camilla, sorprendiendo gratamente a Gable, quien se enamoró de ella perdidamente.Un tiempo después, se celebró otra festividad muy importante para ellos, el Día de San Valentín. En esta ocasión, nuestra protagonista, sabiendo que al Rey le gustaban mucho los coches, compró uno bastante destrozado, lo pintó de blanco con corazones rojos, y se lo envió a sus tierras, los estudios de la Metro-Goldwyn-Mayer. Y aquí fue cuando el Rey ya no quería otra Reina que no fuera la plebeya Carole Lombard.Pero como no todos los cuentos son de color rosa, este también tiene otros colores que le dan forma hasta su desenlace trágico.Gable estaba casado con una rica mujer de sociedad, 17 años mayor que él, de la que no tenía ninguna intención de divorciarse por dos motivos: el primero, porque se arriesgaba a una gran demanda por parte de ella que él no pretendía pagarle en caso de divorcio y, el segundo, porque la propia MGM le exigía en su millonario contrato una cláusula de moralidad. Y Lombard, teniendo en cuenta la casta sociedad existente en esa época, se había divorciado recientemente de William Powell, no siendo considerada un ejemplo de virtud.


Pero no todos los cuentos tienen un final feliz…
Felices durante un tiempo, llegó la II Guerra Mundial. En 1942, Carole se unió a las actividades que se estaban llevando a cabo en la comunidad para ayudar a financiar los gastos que el conflicto armado estaba ocasionando. Cuando volvía de uno de estos eventos, el avión en el que viajaba también su madre y su amigo y colaborador en la boda, Otto Winkler, se estrelló. Desconsolado, el Rey de Hollywood se alistó en las fuerzas aéreas y sobrevoló en varias ocasiones Alemania. Se casó dos veces más y murió en 1960, cinco meses antes de que naciera su hijo.
La plebeya Carole Lombard no pudo conseguir el papel de Scarlett O’Haraque tanto anhelaba en su momento pero obtuvo el trofeo más importante de su vida: conquistar al hombre que amó hasta su muerte, a su Rey Clark Gable.
