No es un hombre adelantado a su tiempo, si acaso es de un tiempo pasado. Debería vestir gabardina y llevar sombrero alado, pero lo suyo es una cazadora negra de doble cremallera. Ahí está Gabi, periodista de raza, malagueño de corazón, tiene el instinto de un buen cazador: tranquilo, sin prisas ni artificios, dispara una sola vez y nunca ha errado.
Gabi tiene la experiencia de un veterano, dejó atrás las dudas del novato. Escribe siempre enganchado a un cigarro, discreto... escondido entre palabras viste las crónicas de simple elegancia y acude a la verdad sin exagerar una coma ni alargar un párrafo... Y al final, todas sus historias terminan con un whisky en su mano.
En Benalmádena fuimos competencia, en Melilla hermanos, en Málaga bebimos juntos y en Sevilla no hay manera de que coincidamos. Hoy, en la distancia, somos lo que queremos: yo su admirador más fiel, y él mi gran compañero.