Gabriel Rufián

Conspicuo miembro de ERC, separatista radical con un profundo desprecio hacia cualquier aroma a lo español que representa el Estado opresor, por supuesto, hijo y nieto de andaluces, como corresponde a todo catalanista que se precie, incluido un expresidente de la Generalitat, y naturalmente, progresista, solidario y de izquierdas. Nos ilustró, en fechas recientes, con un “tuit” sobre el propietario de Inditex (o su accionista mayoritario):”Amancio Ortega empezó de la nada en un garaje de Tánger, Dacca y Delhi”, tratando de presentar al famoso empresario español fundador de Zara como un explotador de la clase más baja en países asiáticos.

Fue respondido rápidamente en las redes sociales, con referencia a que los “deportivos” “Nike” que usaba en una fotografía pública, procedían de Esplugues de Llobregat, o que su iPhone había sido ensamblado en Granollers, con clara referencia a productos que las multinacionales, independiente del país que sea responsable del diseño, fabrican en el tercer mundo. Es muy difícil ser antisistema y vivir en el sistema, y a la vez, es imposible lo contrario, pues sin sistema tampoco se puede ser antisistema, perdonen ustedes la cacofonía y la paradoja del caso; pero resulta extremadamente sencillo y rentable vivir de la hipocresía política. De evidente ascenencia andaluza, sintió la llamada del independentismo; de claro corte de izquierdas, arremete contra el Sr. Ortega, pero obvia los miles de niños que mueren de hambre por falta de comida, agua y medicamentos, bastante peor situados que quienes trabajan, sea en el tercer mundo, el quinto o el primero, para Inditex o para quien sea. Después luce prendas de moda, fabricadas por multinacionales americanas, odiando a Estados Unidos y lo que su política representa; terminaremos por verlo con una pañoleta palestina fabricada en Bangla Desh por una multinacional, condenando la actitud de Israel mientras se sienta en un parlamento que aprueba la venta de armas a los judíos. Ahí es nada.