Hoy las noticias no podían ser más interesantes. La Revolución en Libia se encuentra en un punto álgido, mientras que las agencias de noticias internacionales le siguen la pista a lo que puedan intentar los manifestantes pro-democráticos en Trípoli, la capital. Gadafi no la tiene fácil, y menos cuando la ONU acaba de firmar sanciones en su contra que van desde embargo de armas hasta la imposibilidad de hacer desplazamientos internacionales.
Luego de que los activistas opositores tomaran la ciudad de Ziwaya, a 50 km de Trípoli, y de que hubieran nombrado un gobierno alternativo las consecuencias de esta crisis son fáciles de anticipar. El establecimiento d eun nuevo estado libio es inminente y la suerte de Muamar Gadafi depende de sí es capaz de ceder ante las presiones populares de abandonar el poder, es probable que sea obligado a rendirse o que lo maten. No se observa en este contexto una rendición pacífica de Gadafi.
El gran debate que se ha armado con estas revoluciones es si los países árabes son capaces de caminar hacia la democracia. Voy a ser tajante en la respuesta a este punto: No, de la misma manera en que los países occidentales tampoco fueron capaces de caminar hacia verdaderas democracias. O si no díganme ¿Qué tipo de democracia hay en países como Colombia donde el poder depende de las alianzas con grupos alzados en armas o narcotráficantes?
Algunos creen que lo que pasa en los países árabes es algo trascendental, la verdad es que no lo es. Sin duda es algo emocionante y de proporciones muy violentas. Lo que pasa en Libia atrae la atención del mundo y plantea preguntas importantes, pero no es un evento trascendental. ¿Alguien de verdad que el nuevo Estado Libio estará exento de la corrupción y el autoritarismo que reino en la época de Gadafi?
Manifestantes pro Gadafi en Trípoli.
La naturaleza humana siempre ha estado expuesta al aburrimiento, la desidía, la codicia y los instintos que normalmente caificamos como inmorales, de la misma manera en que siempre hemos estado expuestosa instintos positivos y altruístas. La vida es la alternación entre esas dos caras de la naturaleza humana. No hay razón para creer que el futuro de Libia será de una o de otra manera, incluso si llega la democracia nada nos indica que estarían mejor que antes. Por cierto ¿Qué nos lleva a pensar que los regímenes occidentales son mejores que Gadafi? ¿No fueron países como la Unión Soviética y los Estados Unidos, ejemplos del “progreso y la modernidad” los que llevaron a cabo las peores masacres de los últimos tiempos?
Creer que Occidente puede ser un ejemplo para los países del mundo árabe o que nuestros sistemas políticos son mejores que los de allá es una forma de egocentrismo despóta. No hay duda que los prejuicios religiosos que imperan en el mundo islámico conducen frecuentemente a violaciones de derechos humanos, sin embargo ¿Cuál es la razón para pensar que las formas culturales occidentales, fundadas en el cristianismo, no están permeadas por el prejuicio, el odio y la ignorancia?
Mintras que en los países árabes se mutila el clitorís de la mujer para someterla al varón, en muchos de los países occidentales se prohíbe el acceso libre al aborto, exponiendo a las mujeres a morir en abortos practicados en condiciones no higiénicas e ilegales. ¿Cuál es la diferencia en estas dos formas de sometimiento a la mujer?
Mientras que en Occidente se eligen a los gobernantes por medio de una apariencia democrática y se hacen fraudes en muchas de las elecciones que deberían ser libres, en el mundo islámico se gobierna con base en criterios de autoridad que permiten que siempre gobiernen los mismos. ¿Cuál es la diferencia entre estas dos formas de acción política si siempre veremos el gobierno de élites poderosas aferradas al poder y que hacen malabares para sostener su propio poder aún dentro de la “democracia”?
El mundo el que vivimos siempre ha sido el mismo y las leyes que lo gobiernan no han cambiado mucho desde que el hombre gobierna como especie dominante sobre el resto de los animales. Sea cual sea el futuro, la injusticia, el odio, el rencor, la envidia y la maldad serán parte del paisaje. ¿Para qué esforzarnos en creer que la historia humana tiene un sentido? ¿Acaso no hemos visto toda clase de iniquidades desde épocas antiquisímas. ¿Cuál es la razón para creer que las cosas van a cambiar hora?
La teleología o sentido de la historia es una idea que ha siod usada a lo largo de la historia por aquellos que intentan sujetarse al poder o por aquellos que intentan conquistarlo. Cuando Gadafi dice que él es “la Revolución” se refiere a la idea de una Libia cuyo sentido histórico esta definido por él mismo, y cuando los manifestantes dicen que su futuro es la democracia, lo que en realidad quieren decir es que las relaciones de poder las definirán los que hoy están haciendo la Revolución. Ambos, tanto Gadafi como los revolucionarios, enarbolan la misma bandera, esa bandera es: que la historia tiene un sentido.
Los actuales acontecimientos no harán que la gente muera de una forma distinta a cómo siempre lo ha hecho a lo largo de la historia, tampoco harán que vivan de una forma distinta. Algunos cambiarán de bando, pero seguirán coreando el mismo discurso y los mismos prejuicios. No hay que ser muy inteligente para darse cuenta que la gente realmente no quiere cambiar su forma de vida, lo único que quieren con todo esto es entretención, calmar un poco su aburrimiento.
Si los clérigos adeptos al nuevo gobierno siguen diciendo las mismas tonterías que decían cuando apoyaban a Gadafi, habrá que preguntarse ¿Cual fue el cambio que vio Libia con esta “Revolución”?