Revista Opinión

Gadafi, morir matando

Publicado el 22 febrero 2011 por Rgalmazan @RGAlmazan

Ahí está, otro tirano defendiéndose de su pueblo. Utilizando la violencia de alto nivel. Bombardeando a civiles, a manifestantes pacíficos. Mientras la UE, en otro alarde de cobardía suprema lanza una “condenita” en la que la palabra Gadafi no aparece.

Y van, trescientos muertos, una masacre que parece que continuará, por desgracia. No me cabe duda de que al final caerá el tirano, pero ¿cuántos muertos y heridos deberán añadirse antes de que este tipejo caiga?

Un dictador, que no tiene título, salvo el de líder que él se ha impuesto. Un sátrapa que lleva en el poder 41 años, más de lo que estuvo Franco, un militar déspota que derrocó la monarquía para imponer su dictadura personal. Un tirano que tiene como guardia personal a 200 “vírgenes” --conocidas como la guardia amazónica—, expertas en armas marciales.

Gadafi matador

En sus relaciones internacionales ha mantenido, hasta hace nueve años una frialdad calculada, incluso tensa, en ciertos momentos, con los EE.UU. Aunque últimamente ambos países se han acercado bastante, desde que pagó en 2002 una indemnización por el atentado de Lockerbie en 1988.

Mientras, la UE siguiendo los pasos de USA, como suele ocurrir, ha mejorado las relaciones esta década, así, Berlusconi ha presumido de contar con su amistad y recibió como regalo del déspota un anillo de oro y el mismo Gadafi regaló, por las buenas relaciones existentes, un caballo a Aznar. Ejemplos claros de esos puentes hipócritas que desde Europa se le han tendido a la Libia del dictador.

Y “el bueno de Gadafi” ha pasado de ser el apestado a ser un gran amigo, y ahora, viendo lo que ocurre, torna a estar en la picota. Una forma de entender la democracia hipócrita y vergonzosa, que responde claramente a intereses comerciales y geopolíticos, olvidando los derechos humanos.

Esta es la diplomacia ejercido por Occidente, tan falsa como cambiante, dónde los mismos líderes pasan de héroes a tiranos y viceversa, de acuerdo a convenciones ajenas totalmente a principios democráticos. Otro ejemplo claro es el de Shimon Peres –Nobel de la Paz vergonzoso y de conveniencia--, que hace unos días proclamaba las bondades del régimen de Mubarak y su deseo de que ganará al pueblo, y que hoy habla de la conveniencia democrática y de apostar por estas revoluciones, claro, cuando ya no hay marcha atrás. El caso es apostar por el ganador.

Lo que más preocupa a Europa es la dependencia del petróleo libio, por encima de todo –el 13% del petróleo que importa España, proviene de Libia—, lo demás es secundario. Tienen miedo de que haya problemas de suministro, cosa que en el caso de Argelia les hace temblar, porque puede ser muy grave. El gas que consumimos en España viene de allí.

Y volviendo a esa diplomacia de palo. Hoy Zapatero, en otro alarde democrático, defiende al gobierno de Marruecos, y dice que es diferente al de Egipto, Libia y Túnez, (no dice ni pío de Argelia). Veremos como cambia de opinión si es que las revueltas en Marruecos se hacen más fuertes.

Es triste ver estos apoyos o estas condenas mínimas de la Comunidad Internacional a regímenes dictatoriales. Y es hiriente y vergonzoso ver que sólo cuando la guerra está decidida a favor de las revueltas populares, es cuando se alinean claramente con ellas.

Gadafi está demostrando que, le importa un bledo su pueblo, que quiere mantenerse en el poder por encima de todo, incluso a costa de una masacre. Habría que acabar con él antes de que continuara perpetrando este genocidio contra su gente. La Comunidad Internacional puede hacer y está obligada a hacer más para no permitir esta situación. Porque si no se actúa, Gadafi, caerá, pero antes se llevará muchos más muertos en sus anchas espaldas. No olvidemos que su lema es “morir matando”. Morir es mucho decir, quien dice morir dice asilarse en Arabia Saudí, y a vivir como un rey.

Salud y República


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