Hoy quería compartir una serie de "herramientas potingueras" que son totalmente imprescindibles para mí desde hace ya un buen tiempo. Muchas veces nos centramos demasiado en los productos, y la forma en la que los usamos es lo que importa para que realmente marquen una diferencia. Así que... ¡adelante gadgeto-post!
Mi rutina facial
Cepillo facial Nexa de MQ Beauty (29,90 euros, en Maquillalia):
Seguro que muchas de vosotras también habéis mirado el Clarisonic alguna vez con ojos golosos, pero es mucho dinero para aventurase hacia lo desconocido. Mi tipo de piel, que se congestiona con mucha facilidad sin una limpieza profunda, es candidata a severos brotes de acné. Por lo que una muy suave exfoliación diaria es una necesidad. Pero también es muy sensible, por lo que el desembolso me echaba para atrás. Hasta que di con la versión relativamente low-cost del famoso cepillo facial (el modelo Mia está a 149 eurazos es Sephora Francia, así que si alguna vez llega rondará ese precio) y estoy encantada con él.
A parte del cabezal para pieles sensibles (que es sobre el que hablaré) como veis en la foto el Nexa viene con otro cabezal facial para pieles normales (que por ejemplo mi hermana de piel grasa, de esas que aguantan lo que la echen, lo usa a diario y también está muy contenta), otro para cuerpo, que no es nada espectacular, creo que al cepillo le falta algo de potencia para moverlo ya que pesa bastante, y una piedra pómez que está sí que uso mucho, es comodísisma. Y ahora sí que sí , al lío.
Llevo más de 4 meses usándolo, y mis conclusiones han sido:
1.- Sí, sufrí la famosa primera etapa de purga. Alrededor de la semana de uso, los puntos negros y espinillas salieron a la superficie (lo siento por la imagen mental). Pero no fue una reacción virulenta hacia la acción exfoliante (que en mi caso sé que son unos dolorosos granos internos), sino que los poros se estaban limpiando, por así decirlo. Me duró una semana, pero a pesar del brote, la piel tenía ya un aspecto más jugoso y en general sano (obviando las partes con granitos,claro).
2.- Mi piel sensible lo acepta (ahora podría decir que hasta lo demanda), pero tras un periodo de aprendizaje por mi parte. Esto quiere decir que sólo lo uso una vez al día para desmaquillar tras el agua micelar, con el cabezal de pieles sensibles siempre (el que en la foto aparece montado), y con un gel espumoso (si es demasiado suave y no hace espuma, inconscientemente lo uso de más, así que mejor evitar la tentación. Pero ojo, que no haga demasiada espuma que esto es señal de que el jabón va a resecar demasiado la piel y además se mete en la nariz y...argg). Lo más importante, no insistir más de un par de segundos sobre una zona de la cara y, sin apretar casi nada, dejando que se deslice. Quiero reclacar esta parte, porque es la diferencia entre dejar un rostro limpio, descongestionado y radiante, a una piel roja e irritada.
3.- Resultados: me ha mejorado mucho la textura de la piel, está mucho más lisa. Los poros están notablemente menos obstruidos y mi rutina de limpieza en mucho más efectiva; sin duda noto que, por ejemplo, los tónicos me funcionan mejor.
4.- Mantenimiento: yo lavo el cabezal, al igual que mis brochas, con el famoso jabón Kirk's Original Coco Castile Soap Bar de Iherb (aquí podéis leer la entrada sobre mis favoritos iherberos de cuidado facial). Lo hago después de cada uso. Y otro detalle fundamental, el tema de las pilas. Gasta cuatro y si notáis que la piel comienza a reaccionar con el uso del cepillo, cambiarlas. A mí me ocurrió tras dos meses y medio o así utilizándolo, y el problema es que el cabezal me estaba arañando porque las pilas se estaban descargando y por lo tanto, giraba más lento. Uso el cepillo en la ducha siempre y sin problemas. Y el cabezal que veis ya es el segundo, calculo que tienen unos tres meses de vida.
Si entráis en el link a Maquillalia, os enlazan a una serie de reseñas sobre el cepillo hechas por otras bloggers, siendo especialmente exhaustiva y acertada en mi opinión esta de aquí del blog Enix by Julia Phoenix.
Tangle Teezer Compacto (12.25 euros, también en Maquillalia):
Seguro que la mayoría ya conocéis el Tangle Teezer. Tengo el pelo muy finito y cada vez que me lo lavo, acabo en modo nido de pájaros. Así que me lo tengo que desenredar tras dejar el acondicionador un buen rato y este sin aclarar. Y aún así, y usando un peine de púas anchas (recordad que nunca hay que cepillar el pelo mojado, esto lo estira y lo debilita muchísimo, a no ser que sea un cepillo específico como éste, y os aseguro que es cierto) se me partía una cantidad importante.
Este último problema lo he conseguido solucionar. Como podéis ver a continuación, el cepillo alterna una serie de púas cortas y largas, muy finas y flexibles (alguna están un poco dobladas ya tras cuatro meses, pero sigue en excelente forma). Al estar bien poblado de ellas, desenreda con facilidad. El único problema, que también lo uso en la ducha, y se llena de agua así que hay que dejar que se escurra bien antes de guardarlo. Viene con una tapita para proteger las púas. Y el mío es de leopardo y el leopardo por definición, mola (mi obsesión con dicho estampado os saluda).
Recomiendo muchísimo los dos productos, ya que de nada sirve gastarse el dinero en limpiadoras y desmaquillantes si la forma de limpieza no es la que demanda nuestro tipo de piel y lo mismo con las mascarillas y acondicionadores, pueden ser muy buenos pero si luego nos arrancamos el pelo desenredando poco se avanza. Son una inversión tanto a corto como a largo plazo. Si habéis probado alguno de los gadgets o queréis preguntarme algo, no dudéis en comentar.
Muchas gracias por pasaros y que disfrutéis de la Semana Santa.
Este sí que está disfrutando