Las gafas de pasta son un accesorio que rompe con la austeridad de aquellos años de penuria, evoluciona con los tiempos y hoy sigue siendo tendencia, en una constante reinvención de formas y colores que alcanzan hasta las patillas
Después de décadas de evolución en la historia de la óptica, los franceses Pascal Jaulent y Nadine Roth han apostado por darle un toque artístico a las formas de sus gafas, que recuerdan a la Bauhaus o al arte africano, y por un diseño de patillas simulando unas piernas irresistibles que calzan "stilettos", bailarinas de los años 60, botas altas o zapatos "Richelieu" de charol negro.
Es el ejemplo de diseño más reciente que demuestra que este tipo de montura aún triunfa. Esta firma francesa, "Face à face", ha presentado una nueva colección de gafas, tanto graduadas como de sol, con diseños de lo más originales en el material estrella: el acetato.
La firma francesa Chanel también innova en el diseño de las patillas y las decora con perlas, cabujones y "strass", en un claro reflejo del espíritu de Mademoiselle Chanel, que recuerdan a sus largos collares, broches y brazaletes con los que Gabrielle Chanel adornaba sus "looks".
La colección "Bijou de Couture", que se compone de dos líneas, Cabochon Précieux y Cabochon Couture, en tonos sobrios como el negro, el rojo oscuro o el efecto caparazón, refleja un extraordinario trabajo de orfebrería en el que las patillas quedan magnificadas con cabujones, perlas y strass, que se insertan a mano en las finas estructuras de metal.
La línea Cabochon Précieux presenta monturas de ver y solares con formas rectangulares, ovaladas y ojo de gato, mientras que Cabochon Couture está dedicada a gafas de sol con formas XXL, redondas o cuadradas.
Un vistazo al pasado
Pero hay que remontarse hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando se suma los materiales sintéticos a la industria óptica, según relata el libro "Gafas: una historia visual" (Ed. Taschen).
Tras la "Gran Guerra", todo era melancolía y las personas comenzaron a distanciarse de la sobriedad y abrazar la frivolidad. En este sentido, las gafas de sol tienden hacia la diversión, se amplía la paleta de colores y el plástico se vuelve el rey en las monturas.
Fue este el mejor sustituto de recursos como el caucho natural, que ya comenzaba a escasear. Además, la flexibilidad de este material hacía posible la diversidad de extravagantes e incoherentes formas que se convirtieron en el centro de la óptica ocular tras el conflicto.
Sin embargo, la historia del cambio de concepto va mucho más allá, ya que, curiosamente, el cabello tiene algo que ver. En la década de los 50, la industria de aderezos para el pelo, elaborados con plástico, no eran más que un recuerdo y los artesanos empleaban ese material para la fabricación de gafas.
Ya entonces, se sabía trabajar con el plástico y, con la popularidad de las gafas de sol, gracias a Hollywood, los productores de gafas llevaron a la industria óptica algo que siempre había faltado: estilo.
Ellos las convirtieron en iconos
Tras convertirse en un complemento esencial, fueron muchos los que hicieron de él un icono de la moda. No hay más que recordar la mítica mirada felina de Audrey Hepburn frente al escaparate de "Tiffany & Co" en " Desayuno con diamantes", donde lucía unas gafas "ojos de gato" de "Oliver Goldsmith". Aunque esta forma nació en los años 30, es en los 50 cuando vuelve a escena.
A su vez, aparecen los adornos para añadir en las monturas. En 1953 los muestra Marilyn Monroe con unas "Spec-Trims", que luce en "Cómo casarse con un millonario", junto a David Wayne, quien lleva unas mucho más sencillas.
Luego le llegó el turno a Jacqueline Kennedy a principios de los 70, que tras su enlace con el millonario griego Aristóteles Onassis, apareció con unas gafas de pasta negra, lentes ahumadas, tamaño XXL y con forma de mariposa. Un modelo que hoy pervive como gafas "a lo Jackie".
Más tarde, en 1977, se estrena en los cines "Annie Hall", protagonizada por unas gafas de pasta fina con las que la actriz Diane Keaton revolucionó las ópticas. Y, por supuesto, no se pueden olvidar las "Styl Rite" de Woody Allen, "gafapasta" por excelencia y director de dicho film.
Con la Madonna de 1985 llegan las rectangulares, de pasta negra y con un ligero toque futurista en su papel protagonista de "Buscando a Susan desesperadamente".
Y así, han seguido hasta hoy en día. Las gafas de pasta son las protagonistas de muchos "looks" de "street style", tanto si su uso es por necesidad o por simple coquetería, aportando un toque de sofisticación a quien las lleva.
Miles de celebrities lucen historia en sus ojos, como la actriz Jennifer Aniston o la cantante Rihanna, e incorporan las gafas de pasta a su colección de complementos, consiguiendo así una imagen de lo más "cool".
Modelos que "flipan"
Pero toda su evolución acaba aquí, ya que las marcas se han centrado ahora en las patillas o, más bien, en su ausencia. Tanto es así, que el diseño de gafas ha vuelto a sus orígenes, ya que lo que antes se conocía como anteojos y se sujetaban solo por un extremo, ahora se cuelgan del cuello.
Un ejemplo peculiar son los modelos de "impertinentes" que han creado firmas como"Flippan'Look", que, a modo de collar, con diseños que van desde mariposas, conchas de mar o hasta llaves, aúnan solución a la presbicia con color y diversión.
Se acabó eso de buscar las gafas en el bolso o en el bolsillo a contrarreloj, todo lo que hay que hacer es coger tranquilamente el colgante medallón y abrirlo para mirar.
Un artilugio, idóneo para hacer la compra, ir de museos o de compras que, además, solo en el momento de utilizarlo te delatará tu falta de visión o edad. EFE.
Por: PAZ OLIVARES
Agencia EFE