Gafas de ver o no ver

Ésa es la cuestión. Los que somos miopes (es decir, los gafotas de toda la vida de Dios) siempre hemos querido ocultar nuestro pequeño defecto: con lentillas, frunciendo el ceño en clase para ver la pizarra sin gafas, quitándonoslas para salir de marcha, diciendo a nuestras amigas que sí, que ese chico del fondo es muy guapo, cuando en realidad no ves tres en un burro y no sabes si te mira o no... etcétera.
Así las cosas, cuán tremenda es nuestra sorpresa cuando, por obra y gracia de algún visionario guay (o nerd), las gafas de ver -sin necesitar ver- se volvieron a poner de moda. Un reconocimiento siempre bienvenido a los culturetas. A mí me gustan, pero cuando no las llevo yo (es como mi pelo rizado, que nunca lo llevo porque no me veo guapa, aunque luego veo a otras chicas con el pelo así y tengo envidia, seré idiota). Además, como todo en estas cosas (como todo en la moda) las tendencias lo son pero no de cualquier manera. Porque lo que se lleva son las gafas de ver, pero ¡ojo! de pasta negra. Ejemplos: catálogo de Oysho con dos chicas muy monas, pero... oh, ¡gafotas!
Gafas de ver o no ver

Así, si tienes gafas de ver pero de montura metálica... lo siento, no eres moderno/a, eres sólo un cuatrojos. Si, por el contrario, las tienes de pasta pero no de color negro/marrón oscuro... mejor ponte lentillas, porque seguirás siendo el "empollón" de la clase. Veámos más ejemplos.
ASÍ, SÍ: