Revista Opinión

Gafas para ver el mundo

Publicado el 30 mayo 2019 por Carlosgu82

A veces lo he pensado. Con cuántas personas me he cruzado a lo largo de la vida y hablo en sentido literal, no solo con las que he tenido algún tipo de interacción. Miles, millones. Incontables desde luego. Cada una con su manera particular de ver la vida, de afrontar los problemas, de manejar las vicisitudes de la existencia. Cada una con sus propios sueños, con sus desesperanzas o con sus aficiones. Pero todas y cada una, diferente a cualquier otra, incluso aunque se trate de gemelos. Tantos individuos con los que me he cruzado y que en esencia han pasado para mí desapercibidos, al igual que yo para ellos. Personas a las que tal vez nunca más vea pero que, construyen la sociedad de la que soy parte y por eso me parece atrevido deslizarme por el sendero casi infinito del olvido, sin hacer una mínima reflexión sobre ello. En ocasiones pienso que cada persona, antes de incorporarse a la rutina diaria, se coloca sus propias gafas de ver el mundo, en el que van insertadas todas esas creencias, ilusiones, miedos o fantasias que han ido creciendo en la conciencia, a lo largo de toda una vida y precisamente por ello, nadie, a pesar de vivir en el mismo planeta, vive en el mismo mundo, por eso es imposible ponernos de acuerdo. Tal vez sea mejor así, porque si no, la existencia sería demasiado aburrida, pero también podría ser que de vez en cuando, intercambiaramos las gafas con el otro. Da igual quién sea: el vecino, la pareja, el compañero de trabajo. Lo importante sería hacerlo de vez en cuando. A lo mejor así comprenderíamos mejor este mundo. Es cierto que en la diferencia y los matices se engrandece la belleza. Qué sería la visión de un arcoiris con una sola tonalidad. Pero es improbable poder intercambiar las gafas con todos las personas, aunque sería increible. Se podría tomar conciencia de todas las percepciones que existen y es posible que tal cosa nos transportara a una nueva manera de percibir y sobre todo, de entender. De momento, me parece sano intentar intercambiar esas gafas con la persona más cercana. Es posible que así el horizonte particular no se limite, hasta donde llega la vista.

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