Tal y como el título de la gala refleja, la alfombra roja ha sido un caos sin precedentes.Looks atrevidos pero sin sentido acompañados de peinados cardados, tupés, pinchos y cadenas. Me parece loable hacer una gala en la que se ensalce a la moda Punk. Este tipo de estilo suele ser olvidado por las revistas de moda y denostado por las grandes casas del diseño. Sólo de vez en cuando, cada pocos años se vuelve a poner de moda por aquellos que deciden qué se debe llevar y qué debes comprar. Lo que no veo normal es que los asistentes a la gala cuyo estilo dista mucho del Punk hayan decidido rebuscar entre las grandes firmas intentando encontrar algo parecido al Punkglam.Creo que no acaban de entender el concepto de lo que supone ser de esta tribu urbana. No hay nada que se aleje más de ella que una gala, alfombra roja o copas de Champán. Uno no debería perder su estilo personal en favor de una celebración. Dicho lo cual me parece divertidísmo querer jugar con nuestro look, pero siempre sin perder quienes somos y por consiguiente cómo vestimos.
Sarah Jessica Parker, con vestido de llamativo estampado, de Giles (colección otoño-invierno 2013-2014); botas de terciopelo, de Christian Louboutin; y joyas, de Fred Leighton. 
Sienna Miller, con vestido blanco y cazadora de cuero con tachuelas, de Burberry. A su lado, su novio, el actor Tom Sturridge.
Cara Delevingne, de Burberry. También llevaba ‘clutch’ y zapatos de esta firma británica.
En la imagen, la actriz Blake Lively, con vestido de línea ‘sirena’, de Gucci Première; joyas, de Lorraine Schwartz. 
Jennifer Lawrence, con vestido azul marino con bordados, de Dior; tocado, de Jennifer Behr; y ‘peep-toes’, de Brian Atwood.
La cantante Beyoncé, con vestido dorado y negro, de Givenchy.
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