Estatua de Galdós (Pablo Serrano, Las Palmas GC)
Subo hoy al blog su novela Halma, en la edición electrónica de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, de la Universidad de Alicante, basada en la edición original publicada por Imprenta La Guirnalda, de Madrid, en 1895.
La novela se encuadra dentro del ciclo "espiritualista" de las "Novelas españolas contemporáneas". Fue concluida en su casa santanderina de "San Quintín", en octubre de ese mismo año, y en ella, recuperando el personaje de Nazarín, lo confronta y alía con Catalina de Halma, otro más en la galería de personajes-héroes movidos por un puro y elemental ideal cristiano, junto a la Benina de Misericordia o al de Ángel Guerra.
Haciendo una lectura muy personal de la socialización en el medio rural y el colectivismo agrario que conmovían el caciquismo finisecular español contemporáneo a Galdós, el escritor concibió el personaje de Catalina de Artal, condesa de Halma-Lautemberg, "ejemplo de piedad, rectitud y obediencia", como iconoclasta con su propia clase y descontenta ante el esquema social de su época, que concibe una especie de comunidad agrícola de organización monacal con el objetivo concreto de practicar la caridad a gran escala. Y para ponerla en marcha, resultando insuficientes los bienes de su herencia, recurre a la ayuda del Estado y de la Iglesia. El sistema ideado por Halma para hacerle frente a la miseria nacional es más sencillo que el que había puesto en juego Nazarín en la trama de la novela que lleva su nombre y que precede a Halma, cuya protagonista solo pretende "ofrecer una alternativa caritativa a la sociedad burguesa sin atacar sus bases".
El marco de la acción, sencillo y muy teatral, es el caseron familiar de Pedralba, lugar ficticio de la geografía literaria del novelista, escondido, como Orbajosa, en las entrañas de "la España profunda". También son escasos los personajes que sostienen la trama: la aristócrata Catalina, viuda de un diplomático alemán tras un breve matrimonio; Urrea, primo de Catalina; Nazarín y Beatriz (que casi en un traslado literario-espacial llegan desde la novela de Nazarín); el sacerdote Manuel Flórez, al servicio del Marqués de Feramor y digno representante del dogma y el tradicionalismo católicos.
Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendtHArendt
[email protected]La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)