La Comunidad Autónoma de Galicia ha aprobado una ley (la 2/2014, de 14 de abril) que bajo el fin aparentemente bienintencionado “de igualdad de trato y no discriminación de lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales en Galicia”, supone un atentado a las libertades fundamentales y un intento de imponer a toda la sociedad gallega, de forma obligatoria y coactiva, la visión de la sexualidad desde el punto de vista de la igualdad de género, defendido por las asociaciones que se autodenominan como “LGTB” (siglas de: lesbianas, gays, transexuales y bisexuales; a los que la ley ya desde su denominación añade a los “intersexuales”).
No nos engañemos. Una
cosa es luchar contra la discriminación, y otra pretender adoctrinar en asuntos
referentes a la afectividad y la sexualidad.