No tenía necesidad alguna de entrar, pues nadie la amenazaba seriamente y, de hecho, durante esa época la política seguida por Europa era que se mantuviera al margen de la contienda. Ciertamente, Turquía no estaba en situación de combatir.
En el transcurso de cinco años desde el ascenso al poder de los Jóvenes Turcos, el Imperio Otomano se había desintegrado en su mayor parte, dejando una situación geopolítica caótica:
- Bulgaria era ya independiente, Salónica, Creta y las islas del Egeo habían pasado a Grecia, Italia se había hecho con Trípoli y el Dodecaneso, y Gran Bretaña había proclamado formalmente el Protectorado sobre Egipto y la anexión de Chipre.
Fuente: - "Gallipoli", de Alan Moorehead. Comparte: Facebook Twitter Google+