«Muñeco Gallardo tu grato nombre», y pensar que en el 2012 festejaban un triunfo sobre el Boca Unidos, nadie hubiera imaginado esta inmejorable realidad.
El «Pep sudamericano», técnico con futuro en el Barcelona quizá, ha demostrado tenerlo todo, tercera final de copa Libertadores que logra alcanzar para su River ganador.
Su maestría táctica ha puesto a River Plate de nuevo en los planos internacionales, un club que lo había perdido todo con el descenso en el 2011 y supo levantarse entre las cenizas de la mano de este «muñeco marciano».
El continente americano lo conquistó por completo, lo dejo chiquito y ahora buscará expandir sus dominios en terrenos europeos, nuevos desafíos se avecinan para el autor intelectual de esta maquinaria millonaria.
Muy impresionable es la forma de juego de sus equipos, generalmente con buen dominio del balón, excelente uso de la proyección de los laterales en ataque, triangulaciones a gran velocidad, exquisita presión alta, pero lo más valorable es que cuando no aparecen estas cualidades futbolísticas, se manifiestan otras aún más destructivas para el rival, hablamos de la personalidad de acero, cojones a granel, marca asfixiante por el tremendo estado atlético que siempre mostraron los dirigidos por el cerebral muñeco.
Pienso en la felicidad que esta «camada de ídolos» ha regalado a tantos hinchas, imaginen el sufrimiento de aquellos que lo vieron en caída libre, estrellarse en el descenso, se aguantaron infinidad de humillaciones, bastardeadas, toda clase de bullying futbolero del eterno rival, y la prensa partidista.
Pasaron del grotesco a la iluminación, del riachuelo inmundo a la playita tropical de arenas blancas, se pusieron de pie, tiempos de resurrección para este Gallardo Plate.