Foto: Felipe Serrano
SI MANUELA CARMENA no hubiera conseguido la vara de mando municipal, gracias al inestimable apoyo del PSOE, de no haber existido Ahora Madrid, la gestión de los Gobiernos del PP entre 2003 y 2015 hubiera pasado a la historia de la ciudad de una forma, cuando menos, distinta.Cada uno, en su forma de saber y entender, de percibir la realidad o de contarla según le haya ido, habrá sacado sus propias conclusiones y, como tal, tuvo ocasión de pronunciarse políticamente cuando correspondió hacerlo en las urnas.De aquella época, primero de grandes fastos e inauguraciones, y más tarde de duros recortes sociales, se ha dicho y escrito de casi todo, pero no la última palabra. Lo más reciente tiene que ver con una especie de “enmienda a la totalidad” con efecto retroactivo, según se desprende de la Auditoría municipal Ciudadana impulsada por el concejal de Hacienda Carlos Sánchez Mato (Ahora Madrid), tal y como aprobó por mayoría el Pleno de julio de 2015.Lo que grosso modo se deduce de ese informe es todo un rosario de “sobrecostes, inversiones no justificadas, opacidad, sobredimensionamiento de plantillas, especialmente de cargos directivos, y privatizaciones sistemáticas”.Un informe, según precisó la coordinadora del Consejo Asesor, la profesora Bibiana Medialdea, que no es definitivo y que a decir el subdirector de la Auditoría, Álvaro Sánchez Martí, se ha encontrado con algunas dificultades, no por falta de colaboración sino por la "pobreza estadística" que había en el Ayuntamiento.En las 45 páginas de esa Auditoría hay muchos datos, a cuál más llamativo, con un denominador común: la gestión de Alberto Ruiz-Gallardón y Ana Botella no queda en muy bien lugar. Más bien, al contrario. "La deuda municipal de Madrid se multiplicó por 7 en una década". Eso ocurrió durante los tres últimos mandatos municipales del Partido Popular. El Palacio de Cibeles, la sede del Ayuntamiento, “se presupuestó en 40 millones de euros y finalmente costó 530, con una desviación de un 1.200%”. En la M-30, la obra estrella de Gallardón, los trabajos “se encarecieron 1.600 millones con unos sobrecostes de hasta el 60%”. Y no solo eso, en 2015, el año de la llegada de Carmena a Cibeles, el Consistorio desembolsó casi 40 millones en alquileres de edificios, pese a tener más de 800 inmuebles por un valor de 3.500 millones de euros. Y no es todo. El PP, además, utilizó las empresas públicas municipales para eludir las limitaciones de endeudamiento. Estas maniobras generaron, según el informe, unos “costes innecesarios y desequilibraron” aún más la pesada losa de la deuda. Lo que no hace este documento es aportar información sobre el coste financiero de esas “malas prácticas” de Gallardón y Botella, aspecto que sí podría recogerse en el informe final. Las conclusiones y recomendaciones serán presentadas a comienzos de 2019.Explican desde Ahora Madrid que no actúan “por intuiciones, aunque sean potentes y justificadas, sino con datos”. Las investigaciones "pueden acabar en la justicia, con una denuncia pública o en una comisión de investigación", según el edil Sánchez Mato, encargado de cuadrar las cuentas municipales.Los hechos descritos son cosa del pasado, sí, pero de una gravedad que no prescribe. Y evidencian varias cuestiones: que en política las verdades no son inmutables y para siempre y que aquellos “magníficos gestores” del PP no pasarían hoy la prueba del algodón en cuanto a austeridad.