Revista Sociedad

Gallardón dimite y aborta su carrera política

Publicado el 24 septiembre 2014 por Elchesemueve Alberto Díaz Calatayud @Elchesemueve
Gallardón dimite y aborta su carrera política

Pues sí, mi tocayo Alberto Ruíz Gallardón, a la sazón Ministro de Justicia, ha dimitido. El motivo, la no aprobación de la nueva Ley del Aborto que pretendía llevar a España al siglo pasado por exigencia de los Obispos y de las organizaciones pro-vida.

Se va el ministro que era considerado por gran parte de la sociedad española como el más progresista entre las filas de lo que también se ha dado en llamar centro-derecha, un eufemismo con el que pretenden ocultar el verdadero espíritu del PP, que no es otro que Derecha pura y dura. Recordemos, cuando algún/os miembro/s del gobierno u otros tertulianos salvapatrias se refieren a alguien del PP con el término conservador, en realidad quiere decir FACHA, o fascista, para que no quede duda alguna. Viene esto a colación porque no han dudado tampoco en llamar Izquierda radical a cualquier movimiento que vaya en contra de sus postulados políticos o ideológicos, por ejemplo el partido de Pablo Iglesias Podemos.

El problema es que Gallardón no tiene nada de progresista, es más, ha resultado ser un auténtico reaccionario y se ha situado a la derecha de la derecha, en el mismo borde que separa el mínimo espíritu democrático de postulados ultra-radicales y excluyentes, como el Frente Nacional de Marine Le Pen en Francia. Para los que intuíamos que su postura moderada mientras estaba en la oposición no era más que una pose, asistimos expectantes a que se quitara la careta o nos dejara por unos malpensados. Solo necesitó unos meses para despejar las dudas con sus políticas en el Ministerio de Justicia. Veamos el legado de este sujeto que, afortunadamente, deja la política, aunque sea por un tiempo.

Tasas judiciales

Fue una de sus primeras medidas y, quizá, la que más rechazo produjo junto con la Ley del Aborto. Las tasas judiciales no son más que una forma de evitar que la gran mayoría de españoles pueda acceder a la Justicia en las mismas condiciones que cualquier otro ciudadano, tenga o no recursos económicos para ello. Y aquí también ha puesto a la sociedad de acuerdo, porque eso sí, Gallardón y sus medidas han conseguido crear muy pocas disensiones, incluso entre sus correligionarios. Un ejemplo, los mismos jueces, sean conservadores -fachas- o progresistas, no ven con buenos ojos esta medida, pues viola de forma clara el derecho constitucional de los ciudadanos. Además, fuentes gubernamentales reconocieron que esta Ley se aprobó deprisa y corriendo, sin estudiar en profundidad las cantidades que dichas tasas debían incluir. Fue una medida única y exclusivamente orientada a recaudar más, sin importar si se transgredían derechos fundamentales de los ciudadanos, una muestra más de lo poco que le importan a este gobierno los españoles.

Obviamente, Gallardón intentó explicar esta Ley como si de ciudadanos estúpidos se tratara. Dijo -y se quedó tan ancho-, que esta medida intentaba paliar la parálisis en la que se encontraba la Justicia en España y el estancamiento en los procesos judiciales. No hizo referencia en ningún momento a que el estado en que se encuentra la justicia en España es simple y llanamente por falta de medios, tanto humanos como técnicos. En Elche, por ejemplo, causa asombro cuando uno acude al juzgado y ve enormes carpetas repletas de papeles con expedientes y llama la atención la falta de ordenadores y personal por doquier. Es como viajar al siglo XIX. Claro está, un Gobierno totalitario como este no va a reforzar la Justicia, no vaya a ser que cualquier ciudadano los pueda poner en un apuro y de paso consiguen ralentizar tanto los procesos que los primeros beneficiados son ellos, debido a la cantidad ingente de casos de corrupción que llevan años y años esperando resolución. Pero lamentablemente esto no es monopolio de los que están ahora. Cuando gobernaba el PSOE -recordemos, 21 años en total-, tampoco tuvo ánimo alguno de dotar de medios a la Justicia.

El mayor mérito de Gallardón ha sido unir -y sin fisuras- a la carrera judicial, abogados y funcionarios de justicia. Todos y cada uno de ellos han dejado clara su postura en contra de la Ley de Gallardón, lo que da una idea de la realidad paralela en la que vive -vivía- este ministro. Si en un tema así no escuchas y desprecias la opinión de los expertos, está claro que caminas más cerca de postulados dictatoriales que democráticos.

Ley del Aborto

Este ha sido el detonante principal de la marcha de Gallardón. Dicha Ley es tan radical, tan intolerante y reaccionaria que se ha quedado solo, incluso en su propio partido político. Ha sido tan drástica que hasta Mariano Rajoy -el hombre dormido-, ha tenido que despertar y poner orden, es decir, echar para atrás la aprobación de la Ley. Recordemos que si con algo había un consenso generalizado en la sociedad española era con el aborto, salvo ciertos puntos que eran fácilmente modificables, como la opción que tienen las adolescentes de abortar sin consultar a los padres. Es decir, era una Ley para mejorar ciertos puntos, pero nunca para cambiarla de arriba abajo, tal y como quería Alberto Ruíz Gallardón, única y exclusivamente para satisfacer las ansias del ala más conservadora -FACHAS- de su electorado.

Y claro, ha tenido que irse entre lágrimas y todo. Pero no nos engañemos, no se ha ido por voluntad propia, lo han echado, de forma sibilina, pero ha sido un despido con patada en el culo. No solo ha dejado el Ministerio de Justicia, sino que ha declarado que deja la política. Esto no me lo creo, pero solo el tiempo lo dirá. Veo a Gallardón liderando un nuevo partido político de características que se ajustan más a su perfil Nationalsozialistische, con el apoyo de los cículos más reaccionarios, rancios y decimonónicos de este país, empezando por la Iglesia y las organizaciones pro-vida -tiene delito el nombre-. Desde este rincón del ciberespacio le deseo una feliz estancia fuera de la política y me despido de él con un: "Vaya usted con viento fresco".


Volver a la Portada de Logo Paperblog