Revista Opinión

Gallardón: el faraón de la inmoralidad y la desvergüenza

Publicado el 25 diciembre 2012 por Rgalmazan @RGAlmazan

Sé que hoy es Navidad y además esta bitácora cumple seis años. Podría haber decidido escribir sobre esta fiesta o el sexto aniversario de este blog, pero este gobierno no da tregua y ante ciertas cuestiones, que hacen que me hierva la sangre, no puedo por menos que desahogarme y protestar.

El ministro de Justicia está claro que quiere dejar huella. De seguir así, Gallardón con sus reformas, habrá hecho un daño irreparable a la democracia y habrá condenado a los sectores más desfavorecidos al oprobio y a la miseria.

No para, este faraón que hizo de Madrid la ciudad más endeudada de toda Europa, y que sigue cargándose derechos que rozan, si no incumplen, su Constitución amada.

Primero fue el anuncio de cambiar la ley de plazos del aborto por una similar a la de hace cerca de treinta años. Después ha sido la implantación de tasas ante el uso de la Justicia, lo que ha creado una desigualdad grave entre los ciudadanos que tienen recursos y los que no. Y, ahora trata de incorporar al nuevo código penal que está elaborando, una persecución, no sólo a los inmigrantes, sino a quienes les ayuden.

Como se puede apreciar con estas tres medidas está atacando a las mujeres, a los ciudadanos con menos recursos y a los inmigrantes. Tres colectivos a los que desprecia y a los que pretende marginar al máximo.

Sobre el tema del aborto y del llamado tasazo a la Justicia, ya he escrito. Quisiera referirme a la tercera medida citada, el castigo a los que ayuden a los inmigrantes ilegales.

En el código actual está penado el tráfico ilegal y la inmigración clandestina. Además, ya les habían quitado el derecho a la Sanidad Pública. Ahora van mucho más lejos. Cualquiera que, por ejemplo, dé de comer o ayude de cualquier forma a un inmigrante sin papeles será considerado un delincuente y esto le puede llevar a la cárcel durante dos años.

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¿Cómo es posible tanta iniquidad? ¿Quién se cree que es este ministro? ¿Cómo se puede ser tan canalla? ¿Qué daño se hace ayudando a alguien que lo necesita? ¿Pretende que se mueran de hambre estos inmigrantes y atemorizar a los que los ayudan?

Una medida gravísima que puede dejar a muchas ONG fuera de la ley, y convertir a particulares, que ayuden a cualquier emigrante, en un delincuente. Este ministro xenófobo está pisando constantemente líneas rojas.

Hoy, justo hoy, que la situación económica es gravísima --mientras Gallardón no tiene o no quiere tener ni puta idea de lo que ocurre en la calle, aislado en su burbuja de poder—, quiere hacer que los inmigrantes sin papeles sean unos apestados, que todo el mundo les rechace y, si alguien se atreve a ayudarles, que caiga sobre él, el peso de la ley, por delincuente.

¡Qué barbaridad! Hasta donde va a llegar este gobierno. Va tensando la cuerda sobre los débiles hasta dejarles sin respiración, hasta que este país quede, todavía más, en manos de los poderosos. Ellos, sí que podrán ir a abortar a clínicas de pago dentro o fuera de España. Ellos sí que podrán acceder a la Justicia y pagar las tasas necesarias. Ellos sí que se estarán complacidos al ver que “esa tropa de indeseables inmigrantes” (eso es lo que piensan) pasarán más penalidades, o morirán en el intento de querer sobrevivir, o si pueden volverán a sus países, sin esperanza.

Si esto se llegara a aprobar, veríamos, por ejemplo, que en las colas de los comedores sociales se pedirían los papeles a los inmigrantes para ver a quién se le puede dar de comer. O podríamos ver cómo la policía detiene a un ciudadano que acaba de dar una limosna a un inmigrante. O quizá veríamos a ciudadanos pidiendo los papeles a los inmigrantes para poderles ayudar. O también, ante un accidente que pudiera tener un inmigrante, no ayudarle por miedo a poder ser considerado un delincuente.

En fin, mire usted Sr. Gallardón, no sé cómo actuarán otros ciudadanos, pero yo le puedo asegurar que a muchos de nosotros, si lo creemos oportuno, por mucha intimidación que pretenda inocularnos, incluida la cárcel, no nos va a cambiar. Y desde ya, le digo, que el que suscribe esta entrada seguirá ayudando a quien quiera y como quiera si es que la situación se da y su gobierno no hace que sea yo el que dentro de poco necesite ayuda.

¿Dónde está su caridad cristiana al ser un ministro que se declara católico? Usted es un hipócrita de pacotilla al que le importan un bledo los más necesitados.

Así es que me declaro delincuente ante esta nueva ignominia y declaro mi voluntad de no cumplir con esa medida salvaje, injusta e inhumana. Y eso sí, le deseo lo peor por retrógrado, inhumano, xenófobo y totalitario.

Si están en desacuerdo con este cambio del código penal, pueden entrar aquí y firmar en contra de esta infamia.

Salud y República

P.D. Esta magnífica caricatura es del amigo Kikelín


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