Revista Opinión

Gallardón fantasea con los aforados

Publicado el 30 agosto 2014 por Rgalmazan @RGAlmazan

Que el número de aforados en este país es una salvajada, verdad infalible. Pero de eso a que Gallardón nos quiera vender una moto va un abismo.

¡Vaya tela! Este tipejo que nos ha colocado una ley por la que debemos pagar si queremos hacer uso de la justicia, que nos quiere colocar una ley que desprecia y minusvalora a las mujeres como es la del aborto, que dejó arruinado per secula seculorum el Ayuntamiento de Madrid –la ciudad más endeudada entre las de más de 100.000 habitantes en Europa—, que dejó la alcaldía de Madrid a los pocos meses de ser elegido, dejándolo en manos de Ana Botella; bueno, pues este minestrillo ahora nos quiere dar clases de regeneración.

Y como no saben que decir para poder ganar confianza entre los ciudadanos, van y nos cuenta el cuento de los aforados, que es irrealizable a sabiendas de quien lo propone.

Resulta que, a pesar de que dice que el aforamiento no es un privilegio (??), ‘aunque la gente lo ve como tal’, está dispuesto a bajar los aforados de 17.600 a 22. Y es que no se ha cortado un pelo. Sabe que es imposible y sin embargo lo propone como si fuera un regenerador, a ver quien pica y se lo cree.

Todo menos hablar de lo que tiene que hablar. Se trata de lanzar otra cortina de humo y seguir sin reconocer la corrupción propia y sin poner coto a todos los desmanes que han cometido, sobre todo a los casos que implican a su propio partido y que no reconocen.

Gallardón y aforados

Porque lo único que podemos decir del ministro Gallardón, el gran faraón, en el tema de aforamiento, es que ha ampliado los aforados a miembros de la Casa Real, eso es la única verdad en esta cuestión.

Y es que tiene mucha caradura. Y sale para hablar de algo que sabe que es imposible. En primer lugar, porque habría que cambiar la Constitución y ya sabemos que es lo que piensan los peperos sobre la inmutabilidad de la Carta Magna. Y además porque no depende en muchos casos del gobierno central, ni del parlamento español sino de las distintas CC.AA. que tendrían que cambiar sus leyes.

Por cierto que dice que pretende hacerlo porque así lo quiere la ciudadanía. Es una lástima que haga caso a una demanda de la ciudadanía que no podrá llevar a cabo y sin embargo no haga caso de lo que la ciudadanía piensa sobre el aborto, y es que la gran mayoría –así lo confirman todas las encuestas, incluido el CIS— no ve ninguna necesidad de cambiar la ley actual.

En fin, otra medida más que anuncian para quedar bien y que luego no acometen. Ya verán como todo quedará en agua de borrajas, y si no al tiempo.

Por cierto que si quiere hablar de algo, este caballerete podría hacerlo de las leyes que nos ha impuesto o quiere imponernos, en vez de hablar de lo imposible. Y es que del aborto no ha sido capaz de hablar con ninguna asociación o partido político y quiere imponerlo como casi todo, o sea, con la apisonadora del Congreso, y qué decir de la ley de tasas judiciales que se aprobó con todos los grupos parlamentarios en contra salvo el PP.

Así es que, una más que nos quiere clavar. Pura propaganda política que no llegará a ningún puerto, porque lo ha lanzado a sabiendas de que no están dispuestos a superar las dificultades que estas modificaciones traen consigo. De acuerdo en reducir aforados, pero con un plan específico, viable y pactado.

El Sr. Gallardón debería callarse, salvo que cuando hable sobre una ley, tenga ya previsto y en vías de solución el camino a recorrer, y no soltarlo sin más para tratar de ganarse a la opinión publica, obviando las dificultades y el tiempo necesario para llevarlo a cabo. Rogaríamos al Sr. Ministro que la próxima vez que anuncie algo tenga claros y consensuados los pasos que se han de dar y no lance al aire algo que sólo es pura propaganda política, porque no valen propuestas demagógicas a unas medidas deseables.

Salud y República


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