Revista Sociedad

Gallardonadas

Publicado el 24 julio 2012 por Abel Ros

Mientras los dependientes y enfermos crónicos de este país sufren en silencio el abandono de su Gobierno. El Ministro de Justicia se dedica a construir un castillo de naipes, endémico de cimientos, en medio de débiles ráfagas del aire.


Gallardonadas
a entrevista de Gallardón en el bastión de la derecha no podía pasar de puntillas para los ecos de la izquierda. El ejemplar de La Razón del 22 de julio del 2012 será recordado por el anticipo de Alberto acerca del plato que se cuece en los fogones de Génova. La página 25 del diario de Casals esconde, entre los interlineados de Velasco, las mechas de dinamita que prenderán inmediatamente en la opinión de los civiles. Una vez más, el redoble de tambores en el liberalismo cristiano se viste de gala con el olor a incienso que desprenden las palabras de Ruiz, sobre la nueva joya del Aborto.

 La Ley de Plazos, aproada en su día por las filas de Zapatero, está a punto de ser demolida por las excavadoras de Rajoy. La libertad de los padres para elegir el sino del feto concebido tiene los días contados en los tiempos de Mariano. La vuelta de tuerca a los supuestos abortivos del ayer,  no sería noticia sin el añadido de Gallardón al periódico de Marhuenda. La nueva Ley que se cocina en los fogones de Génova eliminará de un plumazo el supuesto abortivo de la malformación del feto.

El amigo de  Iribarne - Don Alberto Ruiz Gallardón – , "no entiende que se desproteja al concebido, permitiendo el aborto, por el hecho de que tenga algún tipo de minusvalía o malformación". Según el ex alcalde madrileño: "el nivel de protección que se da al concebido sin ningún tipo de minusvalía o malformación debe darse a aquel del que se constate que carece de algunas capacidades que tiene el resto de los concedidos". Por tanto – titula Velasco en la entradilla de estas "gallardonadas" palabras - No se podrá abortar por malformaciones del feto. 

Este anticipo mediático de lo que será en un futuro inmediato la prohibición abortiva de los fetos desformados sienta las bases del debate sobre la ética de la medida. La doble moral que decíamos meses atrás en las líneas de este blog vuelve sonar con fuerza en las campanas de la Caverna. Una vez más, el discurso retrógrado de las sotanas ha puesto los hilos a los tejidos discursivos de la derecha. La moralidad sumergida de los tiempos de Paquito será la tónica de muchos viajes ocultos a clínicas clandestinas,  de mujeres jóvenes y no tan jóvenes, que sustituirán su misa de los domingos por el silencio que se esconde en el seno de sus barrigas. Esta práctica documentada de los años de Francisco volverá a ser noticia en los altavoces del presente.

Mientras los dependientes y enfermos crónicos de este país sufren en silencio el abandono de su Gobierno. El Ministro de Justicia se dedica a construir un castillo de naipes, endémico de cimientos, en medio de débiles ráfagas del aire. El mismo Ejecutivo, que día tras día, y durante seis meses de mandato, se ha dedicado a desmantelar el Estado del Bienestar. Hoy, lanza la obligación, a las futuras madres de parir a seres diferentes – por sus condiciones de desformidad – y en desventaja social;  en un escenario político que ha demostrado con creces lo poco que le importa la igualdad y el bienestar.

La nueva Ley que se cocina en los fogones de Génova eliminará de un plumazo el supuesto abortivo de la malformación del feto.

Hoy, esos "seres vitales" con "el mismo derecho de protección al nacimiento" serán en un futuro, no muy lejano, quienes tengan que estudiar en colegios públicos desprovistos de asistencia profesional por los recortes inhumanos de un Gobierno preocupado más por lo privado que por el interés público de todos. Hoy sin duda, estamos ante una "gallardonada" más de la doble moral del fraguismo en blanco y negro de los rombos setentones. Preocupante.

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