Esta última temporada de Game of Thrones deja mucha tela para cortar. Incluso más que en años anteriores. Eso sí, no se confundan. La serie ya no se destaca por sus tramas intensas, sus traiciones políticas inesperadas, personajes profundos y sus filosos diálogos, lo que hoy por hoy llama la atención es la tan famosa grieta dentro de Internet respecto a la calidad de sus capítulos, su línea argumental y como, ahora, son todos expertos en guión y en armado del arco argumental de los personajes.
Como si discutieran al técnico de la selección, todos salen -salimos- a defender o a matar al equipo de guionistas -principal protagonista de esta temporada.
Lo cierto es que quedarán los libros, quedará un probable final agridulce, pero como fenómeno mediático Game of Thrones sí se reafirma como una de las mejores series de la historia, más por la repercusión que por su calidad -excelente en sus primeras 5 temporadas, en caída a partir de ahí-. También se destaca como fenómeno de marketing, y por su despliegue técnico, visual y de producción que es de lo poco que no se puede discutir.
Feed the troll
Ahora sí: a hablar de este quinto y ante último episodio. La calidad visual y poética que por momentos se puede ver es impecable. Sobre todo, en dos momentos puntuales: en el famoso Clegane Bowl y en los planos que acompañan a Arya en su intento por sobrevivir en una ciudad sitiada y arrasada por la desazón de la guerra, el saqueo, el fuego (valyrio y del dragón) y la sangre.
Pero vayamos a los problemas del capítulo, que no son nuevos. Desde que la serie televisiva empezó a superar a los libros en la línea argumental, un sustento se perdió desde lo narrativo y lo dramático. Es cierto que casi desde la segunda temporada se empezó a separar, pero siempre bajo una base sólida. Sin embargo, con la decisión de acortar las últimas dos temporadas de 10 a 7 y 6 episodios respectivamente, fuimos testigos de como se intentaron apurar los problemas, los diálogos que solían ser sutiles resultaron más directos, se insinuaron cosas y se pasaron por encima, como en el caso de las mil quinientas teorías que se hicieron - hola, Melisandre.
Así es como todos estamos discutiendo si lo que ocurrió en este capítulo fue coherente o no. Si la actitud de Jaime, Arya o Daenerys fue posible o no, y esto se desarrolló de manera tan pobre en los capítulos anteriores que entra en el plano de una discusión casi futbolera. Cada uno tendrá su opinión...
En un capítulo muchos opinamos que se escribieron las acciones para los fans, pero al siguiente sucedieron cosas que finalmente horrorizaron a esos mismos fans. Entonces es todo tan poco claro todo que ponerse a discutir si la pelea entre Euron y Jaime tiene lógica, no tiene sentido.
"I plan to be very drunk and very far from the internet." Speaking further about the ending of "Game of Thrones", Weiss said,
https://www.peacefmonline.com/pages/showbiz/movies/201905/382087.php
(Y si...)
Sin héroes
En lo que podemos ver que Game of Thrones se mantiene coherente, más allá del cómo, es en que sigue siendo la misma serie que busca sorprender. Allí la épica no existe, el estratega puede fallar y dejarse guiar por sus miserias. Lo humano es protagonista; lo humano en el sentido que nadie es completamente bueno. Nadie es totalmente malo. A pesar que Cersei haya sido retratada así, y todos la hayan odiado, de alguna forma varios espectadores sentimos empatía al contemplar su desenlace y la humanización final con Jaime - incluso llegando al punto de sentir deseos de que pudieran escapar-.
Nadie es inteligente todo el tiempo. Y varios se dejan guiar por los sentimientos más primarios, como Tyrion al dejar escapar a su hermano, o Varys al arriesgar su vida al intentar envenenar a Daenerys.
Nadie es valiente y épico todo el tiempo. Hasta hace un par de temporadas Jon era el guerrero que se animaba a todo, y todo lo lograba. Hoy lo discutimos -como a Messi-, ja. Y todos pueden cambiar de idea, como Arya, que dejó su lista de lado.
El poder y la ambición destruyen todas las buenas intenciones o acciones, en definitiva eso es lo que deja la serie. Pero cuando todos esperan una definición contundente de sus personajes en los momentos claves, todos fallan. Porque son humanos.
Luego está el cómo y el desarrollo de las acciones. Y ahí es donde Game of Thrones nos deja gusto a poco, a pesar de haber visto uno de los mejores capítulos de esta temporada. Por el hecho de estar lejos de las anteriores. Porque mucho de lo que se viene contando no fue desarrollado con mayor profundidad. Apenas pudimos sentir el dolor de Daenerys por la pérdida de su mejor amiga, mejor consejero y dos de sus tres dragones. Quizás es culpa un poco de Emilia Clark, pero no es la única responsable. Apenas pudimos sentir la humanización de Arya, luego de haber sufrido tanto. Y hubo poco lugar para el sentimiento de Jaime respecto de un hecho casi cantado desde el final de la temporada pasada, la guerra entre Cersei y Daenerys. El único personaje del que realmente se pudo ver evolución fue de Sansa.
Todavía queda pendiente un último episodio y es difícil que la serie se redima con los disconformes fans. Podemos discutir si la serie tendrá un final malo o bueno, si es lo que quiso GRRM o no. Pero no lo comparen con el final de Lost, por favor se los pido...
Por Germán Morales