¿Miramos 10 años atrás y que vemos? Una consola totalmente revolucionaria, tanto por su aspecto estético como por su capacidad de mostrar algunos de los mejores juegos a los que jamás hayamos jugando nunca. Efectivamente, a día de hoy, el “cubito morado” de Nintendo cumple 10 años.
Una consola que llegó algo tarde con respecto a la competencia pero que fue muy esperada por gran parte de los jugadores de Nintendo. Sucesora de Nintendo 64, GameCube fue, a mi humilde forma de ver las cosas, una de las mejores máquinas del gigante japonés. Fue lanzada el 18 de noviembre de 2001 en Estados Unidos y consiguió vender un total de 21,74 millones de unidades. En su interior contaba con un procesador PowerPC de IBM apodado Gekko a 485 MHz.
Con este aspecto de juguete, GameCube supo infiltrarse en muchos hogares del mundo, pero ganó muchos puestos cuando su precio se rebajó a 99€. Tuvo una ardua competencia como fueron PlayStation 2 y la novedosa llegada de Xbox, pero gran parte del éxito de esta consola lo hicieron sus juegos y las IP de los seguidores más hardcore de Nintendo.
Algunos recordaréis títulos como Zelda: The Wind Waker, Mario Sunshine, Super Smash BROS. Melee, Paper Mario: La Puerta Milernaria, Metroid Prime o The Legend of Zelda: Twilight Princess. Pero esta consola no se nutrió exclusivamente de juegos de Nintendo, y algunos marcaron los espiritus de los jugones. Rogue Squadron III, Final Fantasy Cristal Chronicles o la saga remasterizada de Resident Evil y concretamente Resident Evil 4 marcaron esa diferencia e hicieron que la idea de “GameCube equivale a consola para niños” se esfumara por completo.
Sólo decir que la llegada de su sucesora hizo que Nintendo introdujese un pequeño chip para que Wii pudiese leer juegos de GameCube y de esta forma no perder a los miles de seguidores de esta consola tan especial. Una consola que llegó tarde, supo dejar huella y perduró en la mente de los coleccionistas.
Larga Vida a GameCube.